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10 detalles para enamorar a un inquilino

La inestabilidad, la precariedad laboral, el encarecimiento de las hipotecas… Son muchos y muy variados los motivos que pueden llevar a elegir el alquiler como solución residencial, una decisión que implica a inquilinos y propietarios. Si bien es cierto que en grandes ciudades donde la demanda supera la oferta son los inquilinos quienes, por lo general, han de conquistar a los propietarios, no es menos acertado decir que estos últimos también tienen que ser parte activa a la hora de cautivar a los potenciales arrendadores.

La cuestión cobra aún más relevancia si tenemos en cuenta la proliferación de alternativas incluidas en el mercado residencial: desde el cada vez más popular coliving hasta el cohousing, pasando por las nuevas promociones build to rent. ¿Tienes una vivienda y quieres ponerla en alquiler? Saca papel y lápiz porque aquí tienes el decálogo del perfecto propietario, los detalles que un casero debe tener en cuenta para enamorar al inquilino.

1. Un anuncio cuidado

Aunque el saber popular afirma que una imagen vale más que mil palabras, lo cierto es que un anuncio bien redactado es fundamental. Un texto breve pero atractivo es la primera oportunidad de un casero para despertar la curiosidad de los potenciales inquilinos más allá de lo que el ojo pueda mostrarles a través de una fotografía. Eso sí, aunque los eufemismos pueden ser un gancho -sustituir lo de apartamento pequeño por ‘ideal para parejas’ o minimizar lo ruidoso del barrio con un ‘zona animada’ es tentador- no hay que abusar y, sobre todo, la información debe ser verdad.

2. Buenas fotos

Hacer unas buenas fotos es, como decíamos, otra de las fórmulas más efectivas de invocar el amor a primera vista de los inquilinos. Pero para que eso suceda hay que cuidar cada detalle. Entre sus múltiples técnicas, el home staging propone crear escenarios en los que los potenciales inquilinos sean capaces de imaginarse en su vida cotidiana. Una mesa puesta en el comedor, un desayuno sobre una bandeja en la cama, unas velas encendidas en el baño… Aunque si no tienes intención de llegar a tanto, lo básico es cuidar que los espacios se vean despejados y, a ser posible, despersonalizados.

3. Nada de medias tintas

¿Amueblado o sin amueblar? Es la gran pregunta que muchos inquilinos se hacen pero, en cualquier caso, lo que debes evitar es alquilar tu inmueble semi amueblado. ¿El motivo? Muchas personas prefieren comprar (o ya tienen) sus propios muebles para darle un estilo personal al hogar y tener otras piezas en la vivienda puede suponer un hándicap. En todo caso, siempre puedes mostrarte flexible y ofrecerte a retirarlos en caso de que no los necesiten.

4. Una decoración acogedora

Si te decides a alquilar tu vivienda con muebles y decoración incluidos, otro de los detalles que todo casero debe tener en cuenta para enamorar al inquilino es que la propuesta debe resultar tan neutra como acogedora. Olvídate de hacer una casa de retales con muebles viejos sin ningún atractivo. Si quieres cautivar a los potenciales arrendatarios, mejor apostar por piezas funcionales -aunque sean económicas-, de líneas modernas y algún que otro detalle, desde plantas hasta un centro de flores, pasando por algún vinilo decorativo, por ejemplo.

5. Todo limpio y en orden

Todo el que entra a vivir en una casa, ya sea nueva o de segunda mano, en propiedad o en alquiler, hace una limpieza en profundidad. Sin embargo, mostrar la casa limpia y ordenada en el momento de la visita es un aspecto fundamental para que tus potenciales inquilinos mantengan su firme determinación de alquilar la vivienda. De lo contrario, puede que tus esfuerzos por hacer un anuncio cuidado y unas buenas fotos sean en balde.

6. El mantenimiento, clave

Algo similar ocurre con el mantenimiento. A nadie le gusta llegar a una casa y que un enchufe no funcione, la cisterna pierda agua o la cuerda de la persiana esté estropeada. Si vas a alquilar tu casa, no te olvides de practicar un mantenimiento adecuado de la propiedad.

7. Mantén una buena comunicación

Mostrarse claro y sincero es la mejor manera de establecer una relación de confianza con los potenciales inquilinos. No se trata de transigir con planteamientos que poco o nada tengan que ver con tus intenciones sino, más bien, adoptar un talante conciliador que siente las bases de una buena relación con quienes puede que se conviertan en tus arrendatarios.

8. Flexibilidad en los tiempos

Estar pendiente de las necesidades que puedan mostrar los arrendatarios es otra de las cuestiones que un casero debe considerar. En este sentido, mostrarse flexible a la hora de, por ejemplo, empezar a llevar cosas al piso, puede hacerte ganar puntos.

9. Un contrato claro y conciso

Sea como fuere, cualquier pequeño detalle debe estar recogido en el contrato que, por otro lado, conviene que sea lo más claro y conciso posible. El acuerdo sellará el compromiso de ambas partes pero, para llegar hasta su firma, también puede ayudarte una actitud solícita a la hora de resolver posibles dudas de los inquilinos.

10. Ponte en su lugar

No es su casa pero será su hogar. Es el mantra que todo casero ha de repetirse para conquistar a un potencial inquilino. Se trata de empatizar con quienes, por el tiempo que pacten ambas partes, se convertirán en residentes en la propiedad. Pensar en qué nos gustaría encontrar en una casa de alquiler o cuál es la relación que nos gustaría tener con el propietario son cuestiones que pueden ayudar a empatizar con la otra parte y, en definitiva, hacer que se decidan por nuestra vivienda.

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