10 formas divertidas de repartir las tareas entre compañeros de piso

Tal y como está el sector inmobiliario en cuanto al precio del alquiler, muchos han optado por compartir piso. Resulta mucho más económico pagar una habitación con derecho a disfrutar de una cocina y un baño. Es evidente que la intimidad queda relegada a un segundo plano; es el precio a pagar por un lugar más asequible donde vivir. La convivencia se puede convertir en un infierno si no quedan establecidas unas reglas claras y se hace un reparto justo de las tareas. Para hacer más amena esta labor, te proponemos un decálogo de formas originales para organizarte con tus compañeros de piso y así reine la armonía en casa.

1. Un lema para todo

Como si de un mantra se tratara, al establecer un lema para cada tarea recordaréis cuando os toca a cada uno y que es lo que hay que hacer. Si decidís establecer uno como: “si no ensuciamos no tenemos que limpiar”, os lo pensaréis dos veces a la hora de quitar las migas de la mesa o limpiar la encimera de la cocina. “Residuos cero” puede serviros para reciclar correctamente y sacar la basura a diario. Os podéis echar unas risas cuando repitáis entre vosotros estos lemas recurrentes.

2. Quién mancha se la liga

Como castigo para el descuidado o para el poco limpio, le podéis imponer una tarea como multa. Si ha dejado el baño hecho una pena después de usarlo, le tocará limpiarlo esa semana. Si la cocina ha quedado intratable, pues nada, limpieza a fondo y ese día saca la basura. Esto va a suponer un reto, pues nadie querrá hacer más de lo que le corresponde y estará muy pendiente de no meter la pata.

3. ¿Tú qué sabes hacer?

El talento también debería ser premiado en vuestra casa. Con toda probabilidad hay algún manitas entre vosotros que se puede encargar de los arreglos sencillos que surjan en la vivienda. Montar muebles, cambiar enchufes, colgar una lámpara, arreglar un grifo que gotea… El catálogo es casi interminable. El elegido puede ser rebajado de otras tareas, para no sobrecargarle.

4. Atended al letrero

Sobre todo, al principio, es muy necesario ir recordando las acciones necesarias en cada tarea. Un ahorro considerable se puede conseguir por ejemplo lavando junta la ropa de todos, así no hay que acumular innecesariamente las prendas sucias ni tendréis que poner tantas lavadoras al cabo de la semana. Un cartelito os lo puede indicar: “Cuando llegue al tope, poned una lavadora”. Esto podéis hacerlo por toda la casa, recordando apagar las luces, cerrar las ventanas, etc.

5. La ruleta de la suerte

No hay nada más tedioso que siempre realizar las mismas tareas. No hace falta que siempre hagan lo mismo los mismos. Cuando llegue el fin de semana, en vez de repartir las tareas por consenso, hacedlo por sorteo. Echad una partidita a la ruleta de las tareas a ver qué os toca. Ya que tenéis que hacer pequeños trabajos domésticos, por lo menos que os resulte divertido la asignación de las tareas.

6. Adaptaos al siglo XXI

En plena era de la tecnología más avanzada vosotros también podéis aprovecharos de ello. Hay un buen puñado de apps para el móvil que sirven para distribuir las tareas domésticas. Estas aplicaciones disponen de alertas para avisaros de cuando toca hacer cada cosa y a quién. Ya que pasamos mucho tiempo ante las pantallas de los smartphones, de paso tenemos nuestro trabajo de casa en ellos.

7. Cambiar el chip

Las cosas se pueden hacer de diferentes maneras para no aburrirse. En Internet podéis ver, por ejemplo, cómo doblar la ropa de diferentes maneras, algunas muy curiosas. Entre vosotros podéis ver quién es el más ocurrente y lo consigue hacer. El reciclaje de muchos envases de plástico también puede ser realizado de manera que le deis una utilidad práctica y entretenida.

8. Zafarrancho todos juntos

Un momento de socialización entre los compañeros de piso es el de realizar un zafarrancho de limpieza. ¿Os toca hacer la cocina a fondo? Os podéis preparar unos canapés y unas cervecitas mientras lo hacéis a vuestro ritmo. Limpiar el polvo en las alturas de los muebles y lámparas es mejor hacerlo en grupo, para ir turnándose y de paso pues comentáis como os ha ido la semana, o simplemente conoceros entre vosotros un poco mejor.

9. Una mascota une mucho

Si el propietario de la casa os permite tener mascotas es probable que alguno de vosotros venga con una. Siempre que su dueño no pueda atender al animal lo pueden hacer los demás. Puede que los otros descubran su faceta más tierna con la mascota, además de aprender cómo cuidarla. Al final se convertirá en uno más de la casa y todo el mundo le adorará. Una compañía, cuando uno tiene que estar en casa solo, nunca viene nada mal, y los animales son perfectos para eso.

10. Aprendices de chef

Una de las tareas más llevaderas es la de cocinar. Imagínate el reto de ver quién prepara el plato más suculento los fines de semana, o quien prepara algo especial con lo poco que va quedando en la nevera a finales de mes. No todo el mundo sirve para preparar la comida así que, al menos, el cocinero podrá librarse de fregar platos por ejemplo.

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