El pavimento de vinilo es una de las opciones más económicas y para adornar el suelo. Su resistencia al agua, manchas y arañazos lo convierte en el piso ideal para hogares con niños o mascotas.
10 pavimentos vinílicos
El vinilo resiste muy bien las humedades y los arañazos. Sin embargo, en caso de estropearse, tenemos que reemplazarlo porque es muy difícil de reparar. La resistencia al agua convierte el vinilo en un piso perfecto para zonas húmedas como el baño y la cocina.
Es un material plástico que se vende en forma de láminas, rollos, losetas y lamas. La posibilidad de obtener lamas y baldosas de vinilo que imitan a la madera, el corcho o el bambú facilita la limpieza del suelo respecto a los originales.
Pero antes de elegir el material y el diseño que quieres aplicar, hay varios aspectos que deberías tener en cuenta. Lo primero que tienes que saber son los metros cuadrados que tiene la superficie y lo segundo el uso que le queremos dar.
Dependiendo del uso y el tráfico que vaya a soportar el suelo, tendremos que elegir el tipo de grosor de las lamas o losetas vinílicas.
En suelos donde vamos a hacer un uso moderado como por ejemplo el despacho, dormitorios o recibidores, lo mejor es elegir una capa de uso igual o superior a los 0,08 milímetros.
En habitaciones con un uso habitual deberá ser igual o superior a los 0,20 milímetros, mientras que en las estancias en las que hagamos un uso intenso la capa deberá tener como mínimo 0,30 milímetros.
El vinilo en rollos es perfecto para decorar grandes áreas donde la suciedad y la humedad pueden acumularse.
Los mosaicos de vinilo autoadhesivo son los más fáciles de colocar, mientras que las baldosas o losetas requieren de más tiempo y tienen que ser instaladas por un profesional.
Si vas a decorar una zona expuesta al sol, asegúrate de elegir un pavimento con protección a los rayos UVA porque sino corres el riesgo de que el vinilo pueda decolorarse.
¿Decorarías con suelos de vinilo?
