Aunque no todos los baños, por tamaño y arquitectura, permiten la separación de ambientes, conviene saber que es posible diferenciar las tres zonas principales: lavabo, inodoro y ducha o bañera. Es una forma de garantizar la intimidad en cada área en la que se necesite. Con muros, paneles separadores, puertas, incluso armarios, dividir ambientes en una única estancia puede lograrse con un poco de ingenio.
Baños divididos por zonas
- Aunque la ducha normalmente ya suele marcar su territorio gracias a la mampara, incluso cortina, guardando en su interior la intimidad, hay formas más determinantes de separar la bañera o la ducha del resto del baño. Puedes hacerlo mediante la creación de diferentes alturas en el suelo, con un simple escalón separador.
- Mediante la instalación de una gran pantalla que funciona como mampara pero también como pared separadora de estancias con su propia puerta incluso. Es el caso de este ejemplo, donde la gran ducha, y también el inodoro, está separada de la zona del lavabo con unas cristaleras con puerta incluida que han creado una habitación casi independiente. La razón de elegir el cristal, o materiales translúcidos, es mantener algo de continuidad visual con el resto del baño.
- Si tienes la suerte de poseer un gran y lujoso baño, con bañera y ducha, puedes seguir manteniendo separada esta última con sus correspondientes muros separadores o mampara y, además, lograr una separación más bien visual para la bañera como en este caso, donde ha quedado integrada en un doble fondo bajo unas bonitas columnas y molduras de escayola.
- El inodoro sería otra de las zonas a separar. Cada vez es más común verlo de forma independiente en pequeños cuartos dentro del propio baño, con su puerta incluida. He de reconocer que es una idea fantástica, que consigue una mayor privacidad y permite el uso del resto de la estancia por parte de otros ocupantes que quieran ducharse o lavarse la cara sin que se molesten mutuamente.
- Pero puesto que para lo anterior necesitamos un amplio espacio y mayor presupuesto que nos permita instalar más paredes y puertas en casa, hay modos más económicos y sencillos de separar el inodoro del resto del baño. A veces esa separación es casi simbólica, como la que logramos con un pequeño muro como el de esta imagen, que apenas crea una barrera de altura media pero que puede ser muy práctico para instalar en él un revistero integrado, por ejemplo.
- Otras veces ese muro cobra importancia por su grosor y altura llegando a convertirse casi en toda una pared. También he podido ver como los propios armarios del baño se transforman, bien situados, en elementos separadores de ambientes. Esta última es un práctica y sencilla forma de conseguirlo, ya que no tenemos que realizar obras y además el elemento separador nos sirve como almacenaje extra.
¿Se te ocurre alguna otra idea? No dudes en comentárnosla.
