Las compraventas de viviendas crecen y dentro de estas, las de segunda mano protagonizan el mercado. Sin embargo, los compradores deben tener claro cuáles son las reparaciones a las que han de hacer frente y las que no.
- Renovación integral. Si la vivienda debe derruirse, conviene negociar el precio con el propietario.
- Elementos estéticos. Es importante que el propietario repase baldosas agrietadas o añada una capa de pintura al inmueble.
- Detectores de humo. Aunque resulte necesario, elementos de este tipo no van a ser reparados por el vendedor y deberán ser aportados por el cliente.
- Termitas. La casa en venta debe contar con las revisiones pertinentes para evitar plagas de termitas y toda clase de insectos.
- Reparaciones baratas. Si la vivienda presenta reparaciones cuyo calor es escaso, no vale la pena negociar con el vendedor.
- Problemas eléctricos. Las fallas en el sistema eléctrico que carezcan de importancia y no conlleven riesgos tampoco pueden plantearse al vendedor.
- Agua. Si la vivienda presenta manchas de agua y humedades y es comprada, los gastos derivados de este problema correrán a cargo del cliente.
- Barandillas. Las barandillas de las escaleras sueltas e inestables son un asunto que concierne al nuevo propietario.