Durante los últimos diez años las administraciones autonómicas han generado un agujero de casi 10.000 millones de euros en sus presupuestos a través de ventas de propiedades que no se materializaron. Este déficit también se ha generado en el caso de los ayuntamientos, mediante descuadres entre las cantidades que prometieron ingresar por la venta de propiedades y las cifras que realmente registraron.
En este periodo, el déficit local aumentó a los 11.053 millones de euros. Del mismo modo, entre 2008 y 2017 los gobiernos autonómicos acumularon un déficit total de unos 220.000 millones de euros. Los desajustes de las ventas inmobiliarias fueron algunos de los indicadores que más sumaron a la deuda registrada por el sector público.