En las tareas de albañilería, la arena es uno de los componentes más importantes para realizar distintas mezclas. El mortero, por ejemplo, es una mezcla de cemento o cal con arena y agua. Si quieres conocer bien este material que se emplea constantemente en las labores más simples de albañilería, nosotros te damos una serie de consejos. De esta forma, además de saber cómo tratarla, conocerás un poco más acerca de este elemento.
Cuando se realiza la mezcla de cemento con arena y agua, se consigue una mezclaa que se emplea para aumentar la resistencia y flexibilidad de las obras en función de la cantidad de producto que se añada. En este proceso, la arena es un material fundamental. Entre los beneficios que aporta, está que mejora la homogeneidad de la mezlca, evita fisuras una vez que el mortero se endurece y además, es imprescindible en la unión de los elementos de construcción, tales como los ladrillos.
Hay distintas clases de arena, pero para este tipo de mezclas, la más recomendada es la de grano fino, que proviene de las canteras y los ríos. Sin embargo, las de origen arcilloso no son adecuadas, puesto que deterioran el producto y atacan al cemento.
Arena húmeda
Otro de los aspecto que debes tener en cuenta a la hora de emplear arena en tus trabajos de albañilería es el de la humedad. Esto es debido a que la arena que se suele adquirir para este tipo de tareas posee cierto grado de humedad, por lo que conviene almacenarla en un lugar protegido para que no pierda sus propiedades originales.
Por último, deberás tener cuidado con la cantidad de arena que empleas al realizar la mezcla de productos. Si utilizas más de la necesaria, el mortero perderá resistencia. Además, los elementos deberás combinarlos en un recipiente adecuado.
