El porcentaje de personas que viven de alquiler ha aumentado en España. Sin embargo, quienes hayan pensado pasar a ostentar esta modalidad residencial han de tener en cuenta una serie de aspectos. El primero de ellos es la duración del contrato. Este documento ha de tener una duración mínima de un año y una máxima de tres.
Otras cuestiones importantes es tener claro quién paga los impuestos y gastos asociados al inmueble. En lo que respecta a los suministros, estos corren a cargo del inquilino. Sin embargo, los gastos relativos al IBI, basuras y el recibo de la comunidad de propietarios corresponden al dueño del inmueble, que será el encargado de abonarlos periódicamente.
