Para mantener un césped en óptimas condiciones en el que tumbarnos al sol en verano es necesario airearlo dos veces al año, coincidiendo con las estaciones de primavera y otoño. Esta técnica consiste en hacer agujeros en la tierra, de aproximadamente 10 centímetros, para permitir que se oxigene.
Ayuda a las raíces a respirar y mejora la asimilación del abono. Es muy importante realizarla en un césped maltratado por las pisadas. Con ello, evitaremos el endurecimiento de la tierra, la delgadez o la escasez de las hojas y prevenimos las sequías, enfermedades o el simple desgaste diario.
Es muy fácil saber cuándo necesitamos segar, fertilizar o quitar las malezas pero, los indicadores de la aireación, no siempre son visibles y muchas veces no los conocemos. Los terrenos arcillosos, el tránsito o la aparición de grupos de tréboles son algunas de las alertas a las que debemos prestar atención.
También hay que tener cuidado en zonas o en épocas de lluvia. La abundancia de agua puede dañar la tierra y el césped provocando charcos que tardan mucho en secarse. Si esto es frecuente en tu jardín, debes airear todos los años.
Te proponemos una simple prueba. Coge con un simple cuchillo de cocina. Para la comprobación, debes hundirlo en la tierra: de esta forma verás si el suelo está compacto dependiendo el esfuerzo que tengas que hacer. Si te cuesta mucho introducirlo es hora de airear el césped.
Debes tener en cuenta que no es aconsejable realizarlo en épocas de sequía. Este clima propicia que las raíces queden expuestas al sol y las dañe, y tampoco en un césped recién plantado. Tendrás que esperar, al menos, un año.
Herramientas
No hay que ser un gran experto en jardinería para realizarlo. En el mercado encontrarás multitud de herramientas, tanto manuales como motorizadas, para jardines pequeños o de mayor extensión. Aunque, si no tienes tiempo, siempre está la posibilidad de contratar a un jardinero.
Comprar un aireador profesional es muy caro, por ello, hay empresas que nos permiten alquilarlo. Si no tienes un jardín muy grande te recomendamos que utilices los métodos de siempre que, además de prácticos, son muy económicos.
Una horca de mano con cuatro púas o unas plantillas con puntas que se fijan en los pies, y con las que pasearemos tranquilamente sobre el césped, son perfectas para jardines muy pequeños. Para espacios medianos, utiliza un rulo como el que vemos en la imagen que ilustra este post.