Con este frío… ¿A quién le apetece darse un baño en la piscina? Ya hace tiempo que las piscinas exteriores se taparon y quedaron en desuso hasta al año que viene. Con esta hibernación, el agua queda desaprovechada, al igual que la estructura de la piscina en sí misma. ¿Qué ocurre si quisiéramos aprovechar la piscina durante todo el año, para el baño o para otras cosas? Hay formas de hacerlo.
Usar la piscina también en invierno
La temperatura del agua puede aumentarse en invierno para que podamos bañarnos todo el año. Aunque existe la posibilidad de cerrar la piscina con techados o cubiertas, esto no solo es más caro y engorroso, sino que resta las ventajas de una piscina de verano al aire libre. Por eso, es bueno conocer otras opciones como las mantas térmicas o las placas solares, que ayudan a elevar la temperatura del agua hasta hacerla agradable al baño en pleno invierno.
Las placas solares, por ejemplo, pueden aumentar la temperatura del agua hasta 10 grados. Los grados aumentados dependerán, eso sí, del tamaño del panel solar y de la cercanía del mismo a la piscina. Debemos tener en cuenta que podemos graduar el aumento de la temperatura de la piscina poniendo más o menos placas.
Si lo que queremos es aprovechar el agua de la piscina durante el invierno para ahorrar agua, podemos hacerlo reutilizando la misma para el riego. Eso sí, debemos tener en cuenta que el agua debe estar libre, no solo de cloro, sino de otros restos de productos químicos. Normalmente, con el reposo del agua durante un mes y gracias a la evaporación y el sol, todos los productos químicos desaparecen.
Gracias a los medidores de cloro podemos comprobar los niveles de estos elementos y saber cuándo el agua está lista para usar en el riego. A partir de niveles de cloro menores a 0,3 mg, la presencia del mismo en el agua no tendrá ninguna consecuencia negativa. Una buena opción es guardar esa agua en una cisterna o cuba durante el invierno para que no se deteriore o evapore y así poder ir limpiando la piscina y preparándola para el verano mientras tanto.
Ahora bien, hay modos de aprovechar la piscina en invierno para otras funciones, por ejemplo, decorativas. Hay consejos en la Red para convertir la piscina en un estanque mientras no la usemos para el baño o cuando apenas ya se usa y queremos darle otra función en casa. Para ello, debe limpiarse bien el agua de la piscina y librarse de todo resto de cloro y otros productos químicos, ya que estos matarían a los peces, las plantas y a las bacterias beneficiosas necesarias para una vida sana, equilibrada y autónoma del estanque.
Después, debes planificar el diseño del estanque, decidir si el tamaño será el mismo que el de la piscina o si vas a hacerlo más pequeño. Puedes utilizar arena y grava para rellenar algunos huecos o para crear macizos con plantas o filtros que funcionen de forma natural y biológica.
No olvides que deberás mantener o mejorar los desagües y tuberías para el día en que quieras vaciar el estanque. Ya solo quedaría llenar el estanque de agua, dejar reposar durante una o dos semanas sin poblar para que las bacterias se establezcan. Entonces podrás añadir las plantas acuáticas que desees y los peces.
Si quieres que la piscina pueda seguir usándose como zona de baño en verano pero que en invierno luzca decorativa y no solo sea un agujero con una lona encima, la mejor opción es transformar tu piscina en natural. Los pasos son similares a los del estanque, pero en este caso debes mantener una división con paredes o muros entre la zona de baño y las zonas pobladas con plantas o animales.
El agua será la misma. No se tratará con productos químicos, sino que las mismas plantas, peces y materiales naturales como piedras, grava o arena serán los encargados de filtrar y mantener el agua libre de elementos perjudiciales pero también de algas. Será como bañarse en un lago o río en plena naturaleza en verano y disfrutar de unas vistas en el jardín preciosas mientras te entretienes cultivando nuevas plantas acuáticas o consiguiendo nuevas especies de peces.
Lo último es una opción de vanguardia que ya existe en el mercado: piscinas cuyo suelo se convierte también en techo mediante un mecanismo que lo sube y lo baja. De esta manera, cuando la piscina está cerrada en invierno, su suelo sube y se instala a ras del resto de suelo del jardín, patio o interior, pudiendo usarse como una superficie uniforme en la que colocar una mesa y sus sillas, una zona de reunión o chill out, etc. Es una tecnología muy práctica pero también cara, evidentemente.
Si se te ocurre alguna forma de aprovechar la piscina fuera de la temporada de baño, no lo dudes, cuéntanosla y ayuda a nuestros lectores que están indecisos y no saben cómo hacerlo. Te lo agradecerán.
