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Cómo cambiar tu hipoteca de variable a fija sin morir en el intento

El Euríbor ha aumentado considerablemente en los últimos meses. Debido a ello, es muy posible que si tienes una hipoteca variable estés pensando en dar el salto a una hipoteca fija y, así, evitar el susto mensual de enfrentarte a cuotas cada vez más elevadas. Sin embargo, llevar a cabo este cambio no es fácil, puesto que son varios los aspectos a tener en cuenta si deseas convertirte en un hipotecado a tipo fijo tranquilo. Estas son claves que deberás seguir.

Valora la subida del Euríbor

Pasarse de una hipoteca variable a un préstamo a tipo fijo tiene claras ventajas: uno se siente protegido, puesto que queda al margen de los vaivenes del Euríbor, e incluso paga menos por su hipoteca, en el caso de que este indicador trepe a la velocidad en que lo está haciendo en los últimos meses.

¿Cuándo hay que plantarse y optar por el préstamo a tipo fijo? Para eso, conviene conocer la historia del Euríbor y tener en cuenta que este indicador nunca ha llegado a superar el 6%, pero que en pocos periodos de su vida ha crecido por encima del 5%. De ahí que los expertos hipotecarios recomienden hacer el traspaso si se puede conseguir un préstamo a tipo fijo que se sitúe en el entorno del 3% o menos.

Analiza el momento en que te encuentras

Cambiar de hipoteca conlleva distintos pasos, además de un coste adicional. Por estos motivos, conviene mucho analizar en qué momento de la vida de nuestro préstamo nos encontramos y, una vez estudiado este factor, tomar la decisión más conveniente.

Esto se debe a que no es lo mismo encontrarnos al inicio del pago de la hipoteca, con la mayoría de los intereses pendientes, que en el tramo final, con poco valor del préstamo por desembolsar y, por ende, con menos intereses pendientes. Ambas situaciones se trasladan, de una manera más leve o grave, a nuestro bolsillo.

De igual modo, hay que ser consciente de los últimos movimientos acuerdos a los que el Gobierno central y la banca han llegado en las últimas semanas. Y valorar si podemos acogernos a ellos. Los mismos consisten, precisamente, en relajar la situación de muchos hipotecados a tipo variable. Entre las medidas que se han tomado destacan permitir la carencia de cinco años a las rentas inferiores a 25.200 euros que dediquen a la hipoteca la mitad de sus ingresos congelar la cuota a las rentas de menos de 29.400 euros con una carga hipotecaria del 30%.

Prevé el encarecimiento

Es cierto que en 2022 el Euríbor ha cambiado de signo y ha registrado una velocidad y un ascenso inusitados. Pero no es menos cierto que las previsiones del sector pasan porque este indicador no sobrepase el 3% en 2023.

De ahí que calcular de forma realista la cantidad en que tu hipoteca variable puede encarecerse puede ayudarte a tomar la decisión. Una medida que te ayudará a comparar las cuotas que pagarías en el caso de contratar una hipoteca a tipo fijo, que te permitirá valorar si el cambio de interés es conveniente o no.

¿Novación o subrogación?

Con la decisión de cambio bajo el brazo llega el momento de conocer las vías a través de las cuales puedes materializar el paso de tipo variable a fijo. La primera que te debería venir a la cabeza es la novación. Esta consiste en llegar a un acuerdo con el banco con el que tienes contratada tu hipoteca, para que se lleve a cabo el giro.

Este paso no es gratuito, por lo que tendrás que hacer frente a una serie de gastos, como la tasación de la vivienda y la comisión por pasar de hipoteca variable a fija. Este último coste está regulado a nivel normativo y no puede situarse por encima del 0,15% sobre la cantidad pendiente del préstamo en los tres primeros años de su plazo de devolución. En el caso de que tu préstamo vaya a cambiarse con posterioridad a este momento, la comisión baja al 0%.

Otra opción para pasarte de tipo variable a fijo pasa por cambiar la hipoteca de banco. Para ello, tendrás que encontrar un banco dispuesto a llevar a cabo la operación. Y, al igual que sucedía con la novación, hay que asumir unos costes, como la tasación del inmueble y la formalización de la subrogación ante notario.

Nueva hipoteca

Si estas alternativas no te convencen o no has podido asumirlas, debes tener en cuenta que aún no está todo perdido. Y es que, en última instancia, siempre tienes la posibilidad de contratar una nueva hipoteca, esta vez a tipo fijo, y cancelar tu préstamo actual.

Esta opción, no obstante, requiere más trámites que las anteriores. Así, en primer lugar deberás pedir el crédito al banco, ya sea tu entidad habitual o una tercera, tasar la vivienda y formalizar la contratación ante notario. Después llegará el turno de la liquidación de la hipoteca variable que ya tenías y la tramitación de su cancelación registral. Este último escollo es necesario para que se pueda inscribir el nuevo préstamo en el Registro de la Propiedad.

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