¿Con dos o tres habitaciones? ¿Suelos de madera o cerámicos? ¿En el centro o en las afueras? A la hora de elegir una casa son muchos los criterios que puedes tener en mente. Algunos servirán para atender tus necesidades. Pero también los hay que serán el reflejo de tus preferencias y principios. La apuesta por viviendas sostenibles es un buen ejemplo de cómo el compromiso social y la creciente preocupación por el planeta también tienen su reflejo en el mercado inmobiliario.
Este tipo de construcciones son, precisamente, el objetivo de las llamadas hipotecas verdes, un tipo de préstamos que, si bien no es demasiado popular, puede resultar interesante para quienes estén pensando en comprar una casa ecológica.
¿Qué es una hipoteca verde?
Una hipoteca verde es un préstamo hipotecario diseñado para la compra, construcción o reforma de una vivienda que cumple ciertos requisitos de eficiencia energética y sostenibilidad. Por lo general, estas hipotecas ofrecen condiciones atractivas o más ventajosas que las tradicionales -intereses más bajos, plazos de amortización más amplios…- con el fin de incentivar el interés por este tipo de viviendas.
Requisitos para obtener una hipoteca verde
Más allá de las condiciones particulares del propio préstamo, las hipotecas verdes y las tradicionales tienen otras diferencias. La principal tiene que ver con el tipo de vivienda a las que se dirigen. Ambos préstamos requieren cumplir con los criterios habituales solvencia económica, estabilidad laboral… Sin embargo, para la concesión de una hipoteca verde hace falta algo más.
Para poder optar a este tipo de financiación, la vivienda en cuestión debe contar con una calificación energética A o A+. En el caso de que se trate de una reforma, se deben acreditar actuaciones capaces de mejorar la eficiencia y sostenibilidad del inmueble. Algunos aspectos clave en los que poner la atención para aumentar las posibilidades de conseguir este tipo de hipotecas son:
Eficiencia energética
La casa debe contar con características que reduzcan el consumo de energía, como aislamiento térmico adecuado, ventanas de doble o triple vidrio con buen aislamiento, sistemas de calefacción y refrigeración eficientes, iluminación LED, electrodomésticos energéticamente eficientes, entre otros.
Energías renovables y ahorro de agua
Siempre que sea posible conviene contar con instalaciones que aprovechen fuentes de energía renovable. Paneles solares para generar electricidad o sistemas de calefacción más sostenibles son ejemplos habituales. Del mismo modo, resulta interesante implementar sistemas de captación de agua de lluvia, grifos y accesorios de bajo consumo,. En exteriores, el paisajismo con plantas autóctonas que requieran menos riego también resulta interesante.
Materiales sostenibles y diseño sostenible
Utilizar materiales de construcción respetuosos con el medio ambiente, como madera certificada, pinturas y revestimientos no tóxicos, y opciones de construcción que minimicen el desperdicio de recursos es clave. También lo es aplicar criterios de sostenibilidad y eficiencia al diseño. Aprovechar al máximo la luz natural, promover la ventilación cruzada o maximizar la eficiencia energética en general son solo algunos ejemplos.
Certificaciones ambientales y de eficiencia energética
Obtener certificaciones o sellos de eficiencia energética y sostenibilidad, como LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) o Passivhaus, puede aumentar las posibilidades de obtener una hipoteca verde, ya que estos estándares son reconocidos internacionalmente. Además, desde 2013, todas las propiedades en venta o alquiler deben contar con un certificado energético actualizado, documento esencial a la hora de solicitar una hipoteca verde.
Ventajas de las hipotecas verdes
Solicitar una hipoteca verde implica apostar por las viviendas ecológicas. Los beneficios de esa apuesta van más allá de las propias condiciones del préstamo, aunque estas sean uno de los atractivos. Algunas de estas ventajas son:
- Mejores tasas de interés. Algunas instituciones financieras ofrecen tasas de interés más bajas para hipotecas verdes. El objetivo es incentivar la adopción de prácticas de construcción sostenible y eficiente energéticamente. No obstante, algunas hipotecas tradicionales también incluyen bonificaciones basadas en criterios de sostenibilidad.
- Ahorro. La eficiencia energética de una casa verde se traduce en menores costos de energía y mantenimiento a la larga. El resultado es un ahorro anual en las facturas que supone un ahorro a largo plazo.
- Subvenciones y ayudas. Al margen de la hipoteca verde, las viviendas sostenibles o aquellas que se reformen con el objetivo de serlo pueden ser objeto de ayudas y subvenciones diseñadas para promover la eficiencia energética y la sostenibilidad. Estas ayudas pueden llevar implícitos beneficios financieros adicionales.
- Conciencia medioambiental. Invertir en una casa verde es invertir en sostenibilidad. Este tipo de construcciones ayudan a reducir la huella de carbono y promover prácticas más sostenibles en la construcción y el uso de viviendas. Además, en muchos casos, están plenamente adaptadas a las nuevas normativas cada vez más exigentes en los que a eficiencia y sostenibilidad se refiere.
Las hipotecas verdes ofrecen beneficios financieros, ambientales y sociales tanto para los propietarios como para la sociedad en general, con el objetivo de impulsar la adopción de mejores prácticas de construcción. Es hora de poner de tu parte y colaborar en un futuro más sostenibles desde tu propia casa.