Una alfombra con un buen aspecto embellece muchísimo, pero si no realizamos una limpieza correcta perderá su frescura. Además, la cantidad de ácaros y suciedad que acumula pueden perjudicar tu salud. Las alfombras de lana están hechas con fibras naturales, por lo tanto, su limpieza y mantenimiento requiere un cuidado especial.
Mantenimiento regular
No esperes a que aparezca la mancha. Las alfombras de lana necesitan ser limpiadas con frecuencia, aunque a simple vista no parezca que estén sucias. Pasa la aspiradora dos veces a la semana por la parte de delante y por la de detrás, hazlo en el sentido del hilo del pelo.
No pases la aspiradora si la alfombra es muy antigua o delicada para evitar que se rompan las hebras. En este caso, lo mejor es colgar la alfombra en una cuerda de tender la ropa en el exterior y golpearla suavemente con una palmeta de mimbre.
Es recomendable llevar la alfombra a un profesional para que realice una limpieza completa anualmente o cada dos años.
Limpia las manchas inmediatamente
El 90% de las manchas habituales se pueden quitar si se actúa inmediatamente. Los detergentes jabonosos para limpiar la ropa no son totalmente efectivos contra las manchas. Si se ha vertido vino o refresco sobre la alfombra, usa una cuchara y quita el líquido de fuera hacia dentro.
Muchas manchas se disuelven en agua si nada más producirse aplicamos un paño húmedo y presionamos suavemente sobre ella. No frotes ni utilices un secador o podrías fijar la sustancia que queda aún por limpiar.
Lo recomendable es que el paño que utilices para absorber la mancha sea blanco, para evitar que la alfombra se decolore. En el caso de las manchas de sangre, pintura, esmalte o cualquier sustancia que contenga óxido lo mejor es utilizar un limpiamanchas con disolvente. Debes evitar usar blanqueadores, limpiadores alcalinos con carbonato de sodio y limpiadores de polvo seco.
¿Qué trucos utilizas a la hora de limpiar las alfombras?