De entre las muchas actuaciones que puedes llevar a cabo en el hogar para darle un aire personal, la reforma integral en la cocina es una de las más habituales. Esta habitación de la casa es, junto al baño, uno de los escenarios más proclives a sufrir el desgaste propio del uso y el paso del tiempo.
Mejorar su funcionalidad, actualizar el estilo o, sencillamente, renovar sus instalaciones con el fin de garantizar la seguridad y buen funcionamiento de las mismas son solo algunos de los motivos que pueden animarte a emprender una transformación radical. ¿Pero por dónde empezar?
Planificar la reforma integral de tu cocina no es especialmente complicado. Para empezar debes analizar tus necesidades y ser realista. No es lo mismo diseñar una cocina en un pequeño apartamento para una o dos personas que hacer lo propio en una casa familiar donde el espacio no supone un problema. A partir de ahí, estas son algunas de las claves que no puedes pasar por alto para completar tu proyecto con éxito.
Haz números
Elaborar un presupuesto es otra de las primeras decisiones que debes tomar. La situación actual de escasez de materiales y falta de profesionales puede hacer que algunas fases o elementos de la reforma sean más caras de lo esperado. Hacer números y establecer prioridades es fundamental para conocer la viabilidad del proyecto y si es o no el mejor momento para ponerte manos a la obra.
Decide la distribución
Con las cuentas claras, el siguiente paso para planificar la reforma integral de la cocina es analizar el espacio y elegir la mejor distribución. Respetar el triángulo de trabajo y la proporcionalidad así como tener claro que se trata de un espacio eminentemente práctico son solo algunas recomendaciones para dar con la mejor solución. Las opciones son de lo más variopintas -en línea, en U, en L, con o sin isla, cocinas americanas…- y su elección dependerá, fundamentalmente, de tus gustos y necesidades.
Elige tu estilo y calidad de los materiales
Con el presupuesto y la distribución claros te resultará más fácil atender otro de los aspectos básicos a la hora de planificar la reforma integral en tu cocina: la calidad de los materiales. En el mercado puedes encontrar multitud de soluciones, desde papel pintado y azulejos para las paredes hasta pintura pizarra, madera y otras soluciones para revestir suelos y paramentos. Elegir unos u otros dependerá, en buena medida, del estilo que busques y, cómo no, de cuánto quieras gastar en la reforma.
Pon atención a las instalaciones
Si bien es cierto que los materiales, la distribución o el estilo son la parte más visible del diseño de la cocina existe un capítulo no menos importante: el de las instalaciones. En este tipo de proyectos fontanería y electricidad son lo más habitual a tener en cuenta, aunque también puedes necesitar prestar atención a la climatización, el gas… Además de definir el emplazamiento de las tomas de unas y otras es importante que analices la cantidad, por ejemplo, en el caso de los puntos de luz.
Los enchufes tienen que ser suficientes para los electrodomésticos de uso habitual, además de incluir alguno extra para pequeños electrodomésticos tales como cafetera, tostadora, microondas… Por otro lado, no olvides incluir distintos sistemas de iluminación que garanticen, no solo el atractivo de la estancia, sino su funcionalidad.
Trabaja con profesionales acreditados
La mejor manera de alcanzar el éxito a la hora de planificar una reforma integral en la cocina es contar con buenos profesionales. Aunque puedes ir avanzando en cuestiones como la distribución, la elección del estilo o las calidades, nunca está de más contar con el consejo y buen hacer de trabajadores versados en los diferentes aspectos de la reforma. Un buen asesoramiento y una ejecución profesional son básicas para que la reforma de tu cocina cumpla con tus expectativas.
Participa del proyecto
Contratar los trabajos de reforma a profesionales es sinónimo de delegar la responsabilidad de las tareas en expertos. Sin embargo, incluso contando con las mejores referencias y los trabajadores más experimentados, conviene no desentenderse. Participar del proyecto en la fase de diseño así como supervisar los trabajos durante su ejecución puede ahorrarte más de una sorpresa. De hecho, en caso de que algo de lo planificado no quede como esperabas, será más sencillo corregirlo sobre la marcha que una vez finalizada la reforma.
¿Cuántos de estos pasos tenías en mente para planificar una reforma integral en la cocina?