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Gcfairch, en Flickr (Licencia CC).

Cómo restaurar metales

Si tienes un objeto en casa de metal que se ha oxidado por el paso del tiempo, no te preocupes. En vez de tirarlo a la basura y comprar otro, puedes restaurarlo tú mismo. Sólo necesitarás una serie de herramientas y materiales para conseguirlo.

Si tienes un objeto en casa de metal que se ha oxidado por el paso del tiempo, no te preocupes. En vez de tirarlo a la basura y comprar otro, puedes restaurarlo tú mismo. Sólo necesitarás una serie de herramientas y materiales para conseguirlo. Respecto a las herramientas, adquiere un cepillo metálico, lana de acero, guantes, algodón, un pincel y un trapo. En cuanto a los materiales, deberás tener a mano un disolvente, un desoxidante, un barniz para metales en bote o en spray, y un pulidor abrillantador.

Si la pieza está oxidada y es de hierro, lo primero que hay que hacer es eliminar el óxido. Para ello se utiliza un destructor de óxido de hierro. Si es de cualquier otro metal como el latón, el cobre o el bronce, deberás emplear un desoxidante. Ambos productos deberás aplicarlos con un pincel o con lana de acero de grano medio. Después, deja actuar y aclara con agua hasta que la pieza quede totalmente limpia. Al finalizar esta operación, repasa toda la pieza con una lana de acero fina. Sécala bien con un trapo para evitar que se vuelva a oxidar otra vez.

Pulido y abrillantado

La siguiente operación es la de pulir la pieza. Ya sea de hierro, cobre o latón, todas deben ser pulidas hasta sacarles el máximo de brillo posible. Esto puedes hacerlo utilizando un trozo de algodón y aplicando a toda la superficie el pulidor abrillantador. Hazlo a base de movimientos circulares y repite esta operación todas las veces que sea necesario hasta que la pieza quede perfecta.

Por otro lado, para barnizar las piezas de metal es imprescindible emplear un producto específico para metales. Se puede elegir entre aplicar el barniz con un pincel o utilizar uno en spray. Si te decantas por éste último, colócalo a unos 25 cm de la pieza y distribúyelo en franjas estrechas. Conviene que utilices poca cantidad en varias capas para evitar que se formen gotas de barniz sobre la pieza. Una vez que se haya secado la primera mano, repite la operación hasta conseguir un acabado perfecto.

Si has decidido hacerlo con pincel. Deberás elegir uno grande y suave. Ahora, aplica el barniz con éste, procurando no volver a pasar por la zona barnizada. Después, deja secar 8 horas antes de dar la segunda mano. Si deseas que la impermeabilización de la pieza sea óptima, da tres manos como mínimo. Por último, para la limpieza del pincel utiliza disolvente universal.

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