El precio final de cada vivienda que se adquiere está compuesto por una serie de elementos. Según Asprima, el más representantivo es el coste del suelo, que acapara el 32% del total. En el caso de una vivienda de 140.000 euros, este elemento asciende a 44.800 euros. A continuación se sitúan los impuestos, que suman otro 25% del total del presupuesto.
En tercer lugar destaca el margen de beneficio que obtiene el promotor. Este, de media, se sitúa en el 17%. Por su parte, los costes de producción ascienden al 16%. Dentro de estos se incluye tanto la mano de obra como los materiales y los márgenes de construcción. Finalmente se encuentran los costes legales de gestión, seguros y financieros, que suman el 7%; y la comercialización del inmueble, que asciende al 3%.