La compraventa de vivienda en España por parte de extranjeros es notable. Este tipo de operaciones en numerosas ocasiones no requiere financiación, pero en otras los futuros propietarios se ven obligados a solicitar una hipoteca. Una operación que difiere a cuando la compra es realizada por un cliente residente en el país. En concreto, los extranjeros o españoles sin residencia en nuestro país pagan más por ella.
Así, el tipo de interés al que firman sus contratos suele ser más elevado. También puede darse la circunstancia de que exista un tipo fijo a 20 años. Otro de los problemas a los que se someten estos clientes es la tendencia a financiar menos cantidad. De hecho, en estos casos la cantidad que se ofrece no suele superar el 70% del total de la hipoteca.
