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Confort y vivienda: hacer del hogar un espacio saludable

José Almagro
director general de Sto Ibérica.

La vivienda es uno de los lugares donde las personas pasan más tiempo. Por ello, es fundamental que el interior del hogar sea un espacio seguro para los residentes, especialmente en materia de salud. Insomnio, estrés o malestar general son solo algunas de las afecciones más comunes que los habitantes de una vivienda pueden sufrir si el espacio no está adecuadamente acondicionado y comprometido con el confort interior.

Se ha comprobado que, ya sea por agentes químicos (polvo y otros agentes presentes en pegamentos, pinturas o productos de limpieza), biológicos (bacterias, hongos o esporas) o físicos (ruido, ambiente térmico o humedad), una mala elección de productos, materiales y sistemas constructivos en un edificio puede provocar que los residentes de un inmueble sufran enfermedades respiratorias de todo tipo, como mareos, jaquecas, náuseas, irritación de piel y ojos, somnolencia o alteraciones del gusto y el olfato.

De hecho, la Organización Mundial Salud (OMS) definió hace años el “síndrome del edificio enfermo” como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación de espacios cerrados, y por una elección poco eficiente de materiales y sistemas de construcción. De hecho, según este organismo aproximadamente el 30% de los edificios sufriría este síndrome.

Frente a esta problemática, el aislamiento térmico se configura como una de las mejores apuestas para lograr el nivel de confort adecuado en una vivienda. Gracias a su aplicación, no solo se demanda menos energía y se ahorra en consumo energético. Además, se consigue que la temperatura interior sea la adecuada, tanto en verano como en invierno.

El empleo de materiales de calidad también es imprescindible para conseguir que el acondicionamiento acústico sea óptimo. La instalación de elementos fonoabsorbentes para controlar la reverberación del sonido ayuda a evitar la generación de ruidos molestos y, con ello, complicaciones de salud que van desde problemas de audición a malestar general o pérdida de concentración.

El síndrome del edificio enfermo es un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación de espacios cerrados

Asimismo, el tipo de pintura que se emplea en interiores es determinante para hacer del hogar un entorno saludable. Y es que ya existen productos que son capaces de proporcionar una protección fiable contra humedades, suciedad o sustancias nocivas, tanto en el interior como en la fachada.

En este sentido, el estándar “passivhaus” se constituye como una de las tipologías de construcción con mayor potencial para conseguir viviendas saludables. Se trata de un tipo de edificación sostenible que consigue reducir al máximo la energía utilizada para la climatización, logrando mantener una temperatura constante, independientemente de la estación en la que nos encontremos, favoreciendo el confort interior de las viviendas.

Asimismo, mediante la optimización de recursos, evita pérdidas de calor gracias a una cubierta completamente estanca, un aislamiento óptimo que previene la formación de puentes térmicos en puntos críticos como ventanas, o un sistema de ventilación que permite la eficiente recuperación del calor y la correcta renovación del aire interior.

En definitiva, el confort es una sensación de bienestar en la que no existe ninguna molestia o distracción en el ambiente que perturbe al inquilino. Si este estado de comodidad en la vivienda se trastorna, no solo se estarían produciendo alteraciones en los ciclos de actividad y descanso o desempeño cotidiano, sino también se impediría disfrutar de un espacio con el que sentimos un vínculo emocional y que relacionamos con la seguridad y el confort: nuestro hogar.

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