En menos de tres años se vencerá el plazo con el que la normativa europea insta a los edificios a registrar unos requisitos mínimos en materia de eficiencia energética. Al respecto, existen una serie de medidas que pueden ayudar a reducir el impacto sobre el medio ambiente y a fomentar el ahorro entre los consumidores. Es el caso del uso de electrodomésticos eficientes.
Lo mismo sucede con las ventanas y puertas aisladas, pues permiten que no se detecten corrientes de aire innecesarias en los hogares. Los sistemas de aerotermia también juegan a favor de la eficiencia, pues reducen el impacto medioambiental. De igual modo, hay que aprovechar la luz natural y examinar las bombillas que se utilizan.
