Cuando el termómetro aprieta, encontrar zonas en las que las temperaturas den un respiro se convierte en una tendencia al alza y, en España, la cornisa Cantábrica es uno de esos escenarios que cuenta con ingredientes suficientes para atraer la atención de quienes buscan alivio al calor estival. El norte está de moda. Según un informe de pisos.com, el 53% de los españoles se iría a vivir a zonas menos calurosas debido al calentamiento global, siendo los más jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 27 años los más concienciados, elevando el porcentaje al 61%.
La idea de pasar unos días rodeados de paisajes de postal, comer bien y, sobre todo, que al caer la noche el calor no sea un impedimento para conciliar el sueño, suena de lo más tentador. Pero ¿y si esa estancia en un refugio climático se alargara más allá del verano? Si estás pensando en invertir en una segunda residencia o, incluso, en mudarte a otra ciudad te damos algunas claves que pueden serte de ayuda antes de tomar tu decisión.
¿Qué es un refugio climático?
El término refugio climático se emplea, habitualmente, para definir zonas naturales o urbanas en las que se dan condiciones ambientales que permiten protegerse en contextos de calor extremo, escasez de agua, etc. Un parque, un paseo con sombra y zona de fuentes, una rambla rodeada de árboles y acceso a agua natural… Extrapolando la cuestión más allá de un alivio temporal, elegir un refugio climático para comprar una casa es optar zonas menos vulnerables a los efectos del cambio climático como pueden ser los episodios de calor extremo, la subida del nivel del mar…
No solo se trata de evitar riesgos naturales, sino también de acceder a climas menos extremos y entornos costeros o de montaña más seguros. Desde este punto de vista el norte de España resulta cada vez más atractivo. No es solo que las temperaturas sean más suaves. Muchos de sus núcleos urbanos combinan la vida cosmopolita con paisajes naturales increíbles dotándolos de una calidad de vida más que interesante.
No obstante, distintos informes alertan de que, si bien pueden ser más suaves, la cornisa cantábrica también se verá afectada por los efectos del cambio climático. De hecho, en 2024 la temperatura superficial del mar Cantábrico alcanzó su tercer valor más alto, con anomalías de 0,7 °C y un incremento sostenido de 0,3 °C por década. Según un informe de Greenpeace, en el Golfo de Vizcaya, la elevación del nivel del mar se sitúa en 1,5–3,5 cm por década desde los años 90 casi toda la costa cántabra está en riesgo de pérdida de playas en los próximos 10 años, afectando más del 90 % del litoral, con el 10 % de las viviendas junto al mar en zonas inundables
Los precios en los mejores refugios ‘norteños’
El precio medio por metro cuadrado en España cerró el mes de mayo en 2.441 euros. Un breve vistazo por el valor de los inmuebles en la cornisa cantábrica da una idea de por qué muchos de los pueblos y ciudades del norte de España son cada vez más codiciados. En el extremo noroccidental, Galicia es la más económica con un precio medio en el conjunto de la comunidad de 1.468€/m², que apenas ha variado un 2,9% en el último año.
Le siguen Asturias (1.652 €/m²) y Cantabria (1.940 €/m²), aunque en ambos casos el incremento interanual es más notable: un 5,83% en Cantabria y un 10,94% en Asturias, este último por encima del registrado en el conjunto del país donde la vivienda se ha revalorizado en el último año un 7,61% de media.
País Vasco no es, sin embargo, uno de los refugios climáticos más asequibles. El precio medio en la región asciende a los 3.281 €/m², esto es, un 5,15% más que hace un año. Guipúzcoa (3.808 €/m²) y Vizcaya (3.144 €/m²) son las provincias más caras de Euskadi con unos precios que se han revalorizado un 3,78% y un 7,33% respectivamente.
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Precios por capitales
Si hablamos de capitales, las viviendas más baratas las encontramos en Lugo (1.522 €/m²) seguida de Pontevedra (2.040 €/m²), aunque las dos ciudades protagonizan los mayores aumentos interanuales por capitales de la cornisa cantábrica (un 9,36% y un 12,86% respectivamente). Oviedo también supera por poco los 2.000 euros el metro cuadrado, mientras que otras como Santander (2.735 €/m²), A Coruña (2.863 €/m²) y Vitoria-Gazteiz (2.907 €/m²) se acercan a los 3.000 euros, una cifra superada con creces en capitales como Bilbao (3.897 €/m²) o Donostia-San Sebastián (6.551 €/m²).
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Municipios más caros y más baratos
Las diferencias también son notables entre municipios. En Guipúzcoa, por ejemplo, puedes encontrar viviendas entre los 1.292 €/m² de Oñate y los 5.599 €/m² de Zarautz. Algo parecido ocurre en Vizcaya donde, dejando a un lado las capitales, la horquilla varía notablemente entre los 4.302 €/m² de Getxo y los 1.290 €/m² de Elorrio.
Entre Castrorudiales (-0,64%) y Reinosa (-6,94%) no solo hay más de 100 kilómetros de distancia física. También hay una brecha notable en términos de precios. Frente a los 2.427 €/m² con los que cerró el primero el mes de mayo, la vivienda en el segundo apenas ronda los 764 €/m². Langreo (776 €/m²), Mieres (770 €/m²) y San Martín del Rey Aurelio (731 €/m²) en Asturias, tampoco alcanza los 1.000 €/m², aunque en ciudades del Principado como Avilés (1.735 €/m²) o Castrillón (1.876 €/m²) el precio de la vivienda se aproxima más a los 2.000 €/m².
En Galicia también hay diferencias notables entre los 2.945 €/m² en Sanxenxo, los 2.658 €/m² de Nigrán o los 2.285 de Oleiros -los dos primeros en Pontevedra y el tercero en A Coruña- y los poco más de 500 €/m² que se piden por una vivienda en Cospeito, Chantada o Guitiriz. Riberia (1.444 €/m²), Viveiro (1.228 €/m²), Barbadás (1.212 €/m²) o Vilagarcía da Arousa (1.424 €/m²) son opciones intermedias que salpican el territorio gallego.
Las diferencias de precios son evidentes, como también lo es el creciente interés por la zona. Aunque de lo que no cabe duda es que, al menos de momento, buena parte de los territorios del norte de la Península ofrecen encantos suficientes para formar parte de los refugios climáticos más atractivos de España.