Si quieres dar un toque de moda a tu piso o chalet, instala una lámpara de araña en tu salón. En los grandes palacios o casas señoriales era un elemento aristocrático inconfundible y además es todo un deleite para la vista. En los bailes de la romántica ciudad de Venecia de los siglos XVIII y XIX este tipo de iluminación alumbraba los cuartos más elegantes.
Lámparas de araña modernas
Los modelos de hoy en día no se han quedado en el pasado. Ya no sólo se utiliza el diseño clásico o el barroco antiguo, inspirado en un tallo central con brazos de luces.
Actualmente, se han renovado las formas, los modelos han evolucionado mucho y ahora puedes elegir distintas opciones que pueden encajar perfectamente con la decoración de tu hogar.
Existen arañas rústicas, que suelen fabricarse en hierro y tienen colores ocres y grises, arañas orientales, en las que predomina la forma circular, arañas modernas, en las que el cristal adquiere múltiples colores, o incluso, si queremos llegar más allá en la personalización de nuestra casa, podemos encargar una completamente exclusiva.
Las lágrimas y cadenetas de cristal que sirven como adorno son un elemento que aporta mucha clase a estas luminarias. Si quieres hacer una auténtico acto de derroche, puedes convertirla en algo espectacular con cristal de Murano o de Bohemia, aunque si no tienes presupuesto, siempre te quedará el vistoso vidrio.
Las pequeñas piezas de cristal son imprescindibles, ya que reflejan la luz de una forma más espectacular, llenando de destellos la habitación.
No obstante, si se tiene una lámpara de araña vieja, puedes restaurarla para colgarla del techo en la sala de estar cambiando los tonos y quitándole tanta exuberancia. A medida que pase el tiempo, contarás con un objeto tan precioso como útil que, aparte de embellecer tu habitación, tendrá un valor incalculable en pocas décadas.
