El mercado inmobiliario español ha sufrido una crisis muy dura, pero en la actualidad zonas como la Costa del Sol y la Costa Blanca se sitúan a la vanguardia de la recuperación, en gran parte debido a la demanda británica. Según el informe de Tinsa ‘Vivienda en Costa 2016’, los precios de viviendas han subido en términos interanuales en 71 de los 136 municipios costeros, en comparación con 35 del mismo periodo del año 2015, y en comparación con solo 4 en 2014.
Sin embargo, la salida del Reino Unido de la UE abre una caja de Pandora de incertidumbres, debido a los 400.000 expatriados británicos que residen en España. Una decisión que afecta a asuntos como pensiones, sanidad y fiscalidad. Asimismo, también afectaría a la vida de los 100.000 españoles que viven en el Reino Unido.
De concretarse el Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea podría suponer un problema para los expatriados, dejando la libra más débil contra el euro y reduciendo el poder adquisitivo de los compradores de segunda residencia. En este sentido, dada la importancia de la demanda británica en la costa, podría ser un golpe contra la recuperación del mercado inmobiliario en zonas como la Costa del Sol y la Costa Blanca.
A su vez, el Brexit podría suponer un impacto económico negativo en las regiones costeras de España. Prueba de ello es un estudio reciente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Alicante (Provia) en el que se intentó cuantificar la contribución económica de los compradores extranjeros de vivienda en la región.
Según el citado análisis, el año pasado la venta de inmuebles en la provincia de Alicante, donde el 20% de los residentes son extranjeros, generó una inversión extranjera de 2.271 millones de euros (2.700 millones de euros en la Comunidad Valenciana), además de 1.000 millones de euros anuales de ingresos fiscales para la Generalitat.
El negocio mantiene 200.000 puestos de trabajo en la región y los promotores locales gastan una fortuna promoviendo la región como destino turístico a nivel internacional. Algo similar ocurrirá en otras regiones turísticas clave como la Costa del Sol, Baleares y Canarias.
Desafortunadamente, el Brexit tendrá un impacto negativo sobre el mercado inmobiliario en España, al menos a corto plazo. No obstante, considero que también puede convertirse en una oportunidad. De hecho, como respuesta a la decisión de los británicos, el sector debería mejorar la oferta de producto, los servicios y el marketing, estimulando así la demanda de otros mercados y conteniendo la bajada de la demanda británica que presumiblemente se producirá.
Si aprovechamos esta mala noticia para mejorar, saldremos fortalecidos para afrontar el futuro.