En la mezcla está la riqueza. Esta frase sirve para definir de un modo más que acertado en qué consiste el eclecticismo dentro de la decoración. La sabia combinación de elementos de distintas procedencias y disciplinas es el estilo que imprimen cada vez más hogares, convirtiéndose en una solución perfecta para el interiorismo.
Esta tendencia tiene una parte positiva y otra negativa. La buena noticia es que no tienes que seguir unas pautas de diseño formales, por lo que la interpretación de los espacios es muy libre. Sin embargo, el lado oscuro de esta corriente es que acertar con la composición no siempre es fácil, por lo que el resultado puede ser un batiburrillo poco logrado.
Mezcla de estilos
De origen griego, la palabra eklektikós significa escogido o seleccionado. Esta filosofía clásica suponía un modo de juzgar basado en el punto medio, sin posturas radicales e inamovibles. Llevado al terreno decorativo, lo ecléctico buscaría en el equilibrio de diferentes aportaciones la belleza de los ambientes. Todo tiene cabida. Desde lo éxito a lo minimalista pasando por los toques orientales e industriales.
Dicho así, parece que lo que conseguiremos tendrá una apariencia visualmente explosiva, en la que nada pega con nada, pero nada más lejos de la realidad. La conjunción de objetos de carácter variado no significa la ausencia de reglas. El respeto a los volúmenes, a los materiales y al cromatismo sigue marcando el camino a seguir. Entonces, ¿cómo saber si se está haciendo bien? El método ensayo y error será el referente.
Sin duda, se trata de una elección muy personal, en la que entran en juego tus gustos. Partiendo de un lienzo en blanco, habría sitio para, por ejemplo, un mueble de aire moderno acompañado de otros más clásicos decapados, piezas de coleccionista o algún detalle informal como carteles vintage o cojines en estampados de colores vivos. También quedaría bien alguna pared con papel pintado o alguna obra de arte.
El eclecticismo se fundamenta en la convivencia pacífica, así que los contrastes deben estar muy medidos. Nada tiene que desentonar o sobresalir por encima del resto, pero es importante que cada ingrediente tenga su papel lógico en el conjunto. El objetivo es que te sientas a gusto y para eso la integración de elementos tiene que ser perfecta.
Es posible que la gran acogida de la que ha gozado este estilo también haya llegado a tu casa. ¿Es este tu caso?
