El gas Radón en los edificios de viviendas y el CTE
El gas Radón es causante de hasta el 14% del cáncer de pulmón según la Organización Mundial de la Salud. El Radón desciende mediante una serie de procesos del Uranio. El Uranio se encuentra en casi todas las rocas y suelos, aunque sobre todo en granitos y arcillas. Por tanto los materiales de construcción también poseen Uranio y en consecuencia Radón.
El Radón que hay en el terreno, emana a la superficie terrestre a través de grietas, aprovechando zonas muy fisuradas y permeables que permitan el paso del agua. Por eso los terrenos arcillosos al ser muy poco permeables no tienen tanto riesgo de emanación de Radón hacia el exterior. Al respirar, las partículas de Radón altamente radiactivas se meten en nuestros pulmones.
En España, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) junto con algunas Universidades, llevan realizando desde hace casi 30 años mediciones de radiaciones naturales de los terrenos y mediciones de Radón en el interior de viviendas, delimitando las zonas de exposición potencial Radón.
La presencia del Radón dentro de las viviendas se debe en su mayoría a la infiltración del gas a través del suelo del edificio. También los materiales de construcción se estiman que son causantes en un 20% del total de Radón que pudiera encontrarse en una vivienda. En los últimos años se están empleando algunos aditivos para los materiales de construcción como cenizas de centrales térmicas y acerías o productos derivados de industrias de fertilizantes, que poseen un alto contenido de elementos radiactivos.
El Radón al entrar en los edificios por el subsuelo se concentra sobretodo en los sótanos, y va disminuyendo su presencia a medida que vamos subiendo de planta. El Radón aprovecha cualquier fisura en un muro del sótano en contacto directo con el terreno, en una cámara de aire de un sótano, en las soleras, en las tuberías y arquetas de desagües, y hasta en los pequeños poros que hubiese en un forjado y en su pavimento. Ventilando todas las estancias de una casa, el Radón se marcha hacia el exterior. Si una casa no se ventila favorece la presencia del Radón, simplemente porque el gas se siente atraído desde el terreno hacia el interior del edificio, por una diferencia de presión. Pero un exceso de ventilación haría perder las condiciones de confort térmico.
La Unión Europea, en su Recomendación 90/143/EURATOM, para la protección contra los peligros de una exposición al Radón en el interior de edificios, establece dos niveles de concentración de gas Radón expresados en Bq/m³, Becquerelios por metro cúbico, unidad que mide la actividad radiactiva:
- En los edificios de viviendas de nueva construcción no se deben superar más de 200 Bq/m³.
- En los edificios de viviendas ya existentes no se deben superar más de 400 Bq/m³. A partir de esa cantidad hay que realizar medidas correctoras.
Para conocer el riesgo de exposición potencial al Radón en nuevas viviendas hay que medir la concentración del gas en el terreno y analizar la permeabilidad, todo ello dentro del estudio geotécnico. En base a los resultados se tomarían una serie de medidas para incorporar al proyecto, y al finalizar la obra se verificarían los resultados en el interior del edificio.
En el caso de viviendas existentes hay que realizar mediciones interiores y exteriores del gas, y analizar el tipo de terreno y su permeabilidad todo lo más que se pueda, dado las limitaciones que conlleva trabajar en un edificio construido.
El Instituto Eduardo Torroja, redactó junto con el CSN un informe en 2010 titulado “Protección frente a la inmisión de gas Radón en edificios”, en el que mencionaban dos estrategias de técnicas constructivas:
- Sistemas de barreras anti-radón: instalar barreras impermeables al radón en los elementos constructivos que conforman la envolvente del edificio que estén en contacto con el terreno.
- Sistemas de extracción o presurización: Sistemas de extracción del gas del terreno circundante a la edificación, para evacuarlo a la atmósfera y así impedir que penetre en el edificio. Sistemas que impulsen aire bajo la vivienda creando un bulbo de sobrepresión que desvíe el flujo del gas.
El Código Técnico de la Edificación (CTE), en el Documento Básico HS de Salubridad, no figura ninguna alusión al gas radón y tampoco contempla la inmisión de gases desde el exterior. Tan solo se refiere la prevención de la inmisión de los gases procedentes de las aguas sucias que se generen dentro del propio edificio. Los sistemas de ventilación del CTE DB-HS no son válidos para contrarrestar la concentración de gas Radón.
En las Normas do Hábitat Galego de 2008 de la Xunta de Galicia, figura que “se tendrá especial consideración en la eliminación de la posible contaminación de las viviendas por gas radón”. Algunos ayuntamientos a lo largo de la geografía española tienen informes sobre el gas Radón en sus términos municipales. El CSN redacta todos los años un informe para el Congreso de los Diputados y para el Senado, en el que figuran los trabajos realizados sobre el gas Radón. Y en febrero de 2010, la Comisión de Vivienda del Senado aprobó poner en marcha una normativa técnica en viviendas contra el Radón. Pero a dia de hoy, unicamente se dispone de información incompleta y sin resultados.
Para vuestra información, el mapa peninsular de exposición potencial al gas Radón del CSN que aparecía antes, tenía en cuenta al mapa de radiación gamma natural para localizar el Uranio, que pertenece al Proyecto Marna también del CSN, y que podéis descargaros por provincias en la siguiente tabla.
Mapas de radiación gamma natural. Fuente: CSN (*) no encontré datos (**) mapa del gas radón | |||
A Coruña | Castellón | La Rioja | Salamanca |
Alacant | Ceuta (*) | León | Santa Cruz de Tenerife (**) |
Albacete | Ciudad Real | Las Palmas | Segovia |
Almería | Córdoba | Lugo | Sevilla |
Araba | Cuenca | Lleida | Soria |
Asturias | Guipuzkoa | Madrid | Tarragona |
Avila | Girona | Málaga | Teruel |
Badajoz | Granada | Melilla (*) | Toledo |
Barcelona | Guadalajara | Murcia | Valencia |
Burgos | Huelva | Navarra | Valladolid |
Cáceres | Huesca | Ourense | Vizcaya |
Cádiz | Illes Balears | Palencia | Zamora |
Cantabria | Jaén | Pontevedra | Zaragoza |
Conclusiones:
El gas Radón no está delimitado por provincias, ni por autonomías, por lo que la normativa técnica para su prevención de concentración en viviendas, solo puede ser de carácter nacional. El CTE es el único marco adecuado, para así coordinar con el resto de reglamentación que contempla el propio CTE.
El Radón aparece en los sótanos, que pueden ser zonas vivideras, y en edificios fuera de ordenación urbanística. Si se tuvieran que tomar medidas correctoras en viviendas fuera de ordenación, y en sótanos con habitaciones, con la actual normativa y con el propio CTE habría que anular las habitaciones, y en los edificios fuera de ordenación no se podría ejecutar ninguna rehabilitación.
Uno de los fallos conceptuales de la normativa técnica en este país es pretender equiparar edificaciones existentes con nuevas edificaciones. Eso pertenece al pasado, ya que se favorecía y se primaba lo nuevo frente a la rehabilitación. Hace falta un CTE exclusivo para la rehabilitación, aunque haga alusiones al CTE de las nuevas edificaciones, pero algunas actuaciones son imposibles y hay que dejarlo bien claro y no a expensas de interpretaciones de terceros.
El siguiente paso sería culminar los trabajos realizados por el CSN y las Universidades, para desarrollar la normativa del CTE. A continuación los ciudadanos y las empresas que interviniesen en las obras de rehabilitación contra el Radón, necesitarían líneas de crédito porque los bancos no prestan dinero y las subvenciones llegan tarde. Si se cerraran aeropuertos que sobran, se dispondría de decenas y decenas de millones de euros todos los años que se destinarían a combatir al Radón en los edificios.
Si el gas Radón en vuestra vivienda se concentra en más de 400 Bq/m³ y para adoptar medidas correctoras queréis acogeros a alguna ayuda o subvención de rehabilitación de vuestro municipio, diputación o autonomía, enfocar la solicitud aludiendo al CTE DB-HS y a la Recomendación 90/143/EURATOM.
Como el gas Radón es invisible, incoloro, insípido, inodoro e irradia lentamente, aunque bajéis al canario al sótano, no lo detectará inmediatamente.