España tiene un parque residencial obsoleto con dos millones de viviendas que necesitan rehabilitación y un 60% sin eficiencia energética. ¿Cuáles son las principales carencias que se detectan en las viviendas?
La mayoría de las viviendas no tiene ningún tipo de aislamiento, ya que están construidas antes de la aplicación de la normativa del año 79, que fue la primera en tratar las condiciones térmicas de los edificios. Entre ese año y 2006 hay muchos edificios con unas prestaciones térmicas muy bajas.
Esto supone que, además de ser unos grandes consumidores de energía, son poco confortables desde el punto de vista térmico y acústico. Muchas viviendas aún tienen vidrios monolíticos (sencillos) y una ventilación insuficiente. En el mejor de los casos, si lo pueden pagar, su confort relativo pasará por un alto consumo energético.
¿Esta situación es común en todos los países de la UE? ¿Qué países son los que están más cerca de cumplir los requisitos que exige la Directiva 2010/31?
Todos los países no están en la misma situación, pero España es uno de los pocos que no ha hecho prácticamente nada. Tenemos desde Bélgica, donde en la Región de Bruselas es obligatorio desde 2015 cumplir con unos requerimientos muy exigentes (Passivhaus), o Francia con medidas menos exigentes, pero en vigor desde 2011.
En Dinamarca, Eslovaquia o Irlanda está totalmente definido, pero entra en vigor de forma plena en 2019, o Croacia y Bulgaria, con unos requerimientos muy exigentes aún sin terminar de implantar. También hay casos como Dublín, que apostó por ser una ciudad Passivhaus con la aprobación del pleno municipal. España, Portugal, Noruega, Grecia o la Región de Valonia ni siquiera han definido el Edificio de Consumo Casi Nulo (ECCN).
En 2020 todos los edificios tendrán que ser ECCN. ¿Qué necesita España para cumplir con las exigencias de la directiva comunitaria en esa fecha?
Lo primero que necesita España, que es lo que PEP está reclamando, es definir a qué vamos a llamar Edificio de Consumo Casi Nulo, cuáles son los requerimientos energéticos que se deben cumplir. Además, necesitamos una herramienta de cálculo transparente que arroje resultados homogéneos, comparables, medibles y reales. Y una supervisión por parte de la Administración que verifique que lo que se ha construido tiene las mismas prestaciones energéticas que las proyectadas.
¿Cuáles son los requisitos que deben tener los edificios ECCN? ¿Hay un criterio único en su definición o hay diversos estándares?
Hay diversos estándares cuyos requerimientos son bastante similares: Passivhaus, Minergie Plus, Casa Clima… Nosotros abogamos por el estándar Passivhaus por su transparencia, la simplicidad de uso de la herramienta de cálculo y la experiencia que hay detrás con el Passivhaus Institut de Darmstadt, en Alemania.
Los criterios que debe cumplir un ECCN son un máximo de 15 kWh por metro cuadrado y año para calefacción y refrigeración, un máximo de 120 kWh de energía primaria (o 65 de energía primaria renovable) y una hermeticidad de 0,6 renovaciones hora, demostradas mediante el ensayo de puerta soplante o Blower Door Test, dado que está demostrado que la inversión es mínima y además es rápidamente amortizable.
¿Es lo mismo un ECCN que una casa pasiva o una casa bioclimática?
En este momento, en España, un ECCN no es nada. O al menos, nada concreto, ya que la definición de la Directiva 2010/31 es la única que hay: “Edificio con un nivel de eficiencia energética muy alto. La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida la energía procedente de fuentes renovables producía in situ o en el entorno”.
Sin embargo, una casa pasiva bajo estándar Passivhaus cumple los requerimientos de un ECCN. De hecho, Passivhaus significa algo tan concreto porque es un estándar que, si alguien vende un edificio con este concepto y no lo cumple, podría acabar en el juzgado; ya hay sentencias en Reino Unido y Alemania en este sentido.
Una casa bioclimática tampoco es una definición concreta, debería tratar conceptos de bioconstrucción, pero ni una Passivhaus tiene por qué ser de bioconstrucción, ni una bio tiene por qué ser muy eficiente energéticamente, aunque por supuesto ambos conceptos se pueden aunar. Podemos hacer una Passivhaus que además tenga el sello Verde, Leed o Bream. Por ejemplo, se acaba de certificar bajo el estándar Passivhaus de rehabilitación (Enerphit) el Palacio de Congresos Europa en Vitoria, que ya tenía el sello Leed Oro.
¿Qué controles se deben establecer para comprobar que los edificios cumplen con los requisitos de los ECCN?
Hay varios controles que deberían ser imprescindibles: el primero es el ensayo de la puerta soplante, que normalmente se realiza durante la obra para corregir aquello que está mal y se vuelve a realizar con la obra finalizada para verificar. Además, existe un certificado emitido por el Passivhaus Institut en todo el mundo, y que en España emiten varias empresas acreditadas, que verifica el cálculo energético que se ha hecho del edificio y la puesta en obra.
Este certificado, podría nacionalizarse en colaboración con el PHI (Passive House Institut) y estar en manos del Gobierno o de las Comunidades Autónomas. Debería ser obligatorio como el Certificado de Eficiencia Energética, solo que el funcionamiento del certificado energético es tan opaco y admite datos tan diversos que en la práctica arrojan resultados dispares y alejados del comportamiento real de los edificios. Deberíamos ser capaces de garantizar que lo que definamos se cumple, no solo en el papel, sino también en la realidad. La Recomendación de la UE así lo dice claramente.
¿Por qué no se ha desarrollado más la construcción de viviendas siguiendo el estándar Passivhaus en España?
Fundamentalmente, por desconocimiento y porque la energía estaba, más o menos, al alcance de todos. El ritmo frenético en el que ha estado inmerso el sector inmobiliario era tal que nadie se paraba a pensar. Por otra parte, hay una falta de autocrítica que es fundamental si se quiere avanzar y mejorar. Y finalmente, no podemos olvidar, que una gran parte de nuestro sector tiene un carácter muy inmovilista que no hará nada mientras no sea obligatorio.
Ahora que se reactiva la construcción de vivienda ¿se tienen en cuenta las limitaciones de los ECCN o se siguen las directrices que marca el Código Técnico de la Edificación?
En general, se siguen las directrices del CTE y, por desgracia, no siempre. Lo más normal es que solo se cumplan en el papel. Hay algunos proyectos en los que sí se están superando esos requerimientos, pero normalmente es porque conocen el estándar Passivhaus, y una vez que lo conoces en profundidad te resistes a seguir como hasta ahora, porque es un disparate.
¿Qué problemas plantea para la rehabilitación del parque residencial seguir los requisitos de los ECCN?
En la rehabilitación, el estándar Passivhaus es más laxo porque hay requerimientos que es imposible cumplir. Por eso, dependiendo de la zona climática en la que estemos, podremos llegar a un consumo de calefacción de 20 kWh/m2 al año por ejemplo.
O podemos tener un edificio de carácter protegido en el que esa limitación nos impida incluso alcanzar esa cifra, como en el hospital militar de Burgos que rehabilitó la Universidad para uso docente. Pero no plantea ningún problema técnico excusable. El verdadero problema para rehabilitar nuestro parque residencial es la multipropiedad y las ayudas mal orientadas.
¿Qué acciones se realizan desde la PEP para promocionar este estándar? ¿dónde existe un mayor desconocimiento, en la Administración o en el sector inmobiliario?
En el sector inmobiliario, sobre todo, hay desconocimiento y comodidad; en la administración hay cierto desconocimiento, cierto miedo y también comodidad. Muchas veces nos encontramos con que una administración local o autonómica se ampara en que es la administración central quien debe definir el ECCN para no hacer nada. Los ejemplos de Bruselas o Dublín demuestran que, si se quiere, se puede. O Navarra y Aragón donde ya están empezando a actuar desde la administración pública, pero son los menos…
Desde PEP trabajamos en la divulgación del estándar a través de jornadas técnicas, charlas divulgativas y encuentros con la administración local, autonómica y nacional. Nuestro principal objetivo es la divulgación de este estándar en España para promover su adaptación y su implantación.