La energía solar es la obtenida mediante la captación de la luz del sol. La radiación solar que alcanza la tierra puede aprovecharse por medio del calor que produce a través de la absorción. Ésto lo hace mediante dispositivos ópticos o de otro tipo. Se dice que en un día de sol, se genera suficiente energía para la electricidad de tu hogar durante un año.
Tipos de energía solar
La potencia de la radiación varía según el momento del día, las condiciones atmosféricas que la amortiguan y la latitud. Hay distintos tipos de energía solar. La pasiva aprovecha el calor del sol sin necesidad de mecanismos y la térmica se utiliza para producir agua caliente de baja temperatura para uso sanitario y calefacción. Respecto a la fotovoltaica, crea electricidad mediante placas de semiconductores que se alteran con la radiación solar.
La solar termoeléctrica produce electricidad con un ciclo termodinánmico convencional a partir de un fluido calentado a alta temperatura. La híbrida combina la energía solar con otra de distintas características. Por último, la eólica solar funciona con el aire calentado por el sol, que sube por una chimenea donde están los generadores.
Si quieres contribuir a reducir la contaminación del medio ambiente, colocar placas solares en tu hogar es una buena opción. El tamaño de la instalación dependerá de los hábitos y necesidades energéticas que tengas. Para una vivienda individual necesitarás de unos 5 metros cuadrados para ésta y hasta 100 para una instalación mayor.
Ten en cuenta este tipo contrucciones necesitan acceder a los rayos del sol, durante el mayor tiempo posible. Sus módulos son muy resistentes a las inclemencias del tiempo y no los daña ni el granizo. Esto se demuestra en que las células fotovoltaicas funcionan mejor en climas fríos.
Una instalación típica consiste en varios paneles solares interconectados. Éstos forman células de sol que están unidas eléctricamente. Sus medidas varían de medio metro a un metro de ancho y de uno a dos metros de largo.
