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En la era de los anuncios inmobiliarios la oferta disponible se ha multiplicado. Es cierto que uno de los principales problemas de nuestro sector hoy es la falta de stock, pero también es verdad que los futuros compradores se enfrentan a una abrumadora cantidad de anuncios, sobre los que tienen que realizar una importante labor de filtrado.
En pisos.com ofrecemos la posibilidad de filtrar los anuncios de acuerdo con parámetros de interés, como pueden ser la tipología de vivienda, un precio mínimo y máximo, el número de habitaciones y de baños e incluso características extra, como si tiene terraza, jardín, piscina o trastero, entre otras.
Más allá de esta selección, lo que el futuro comprador hace es dejarse atrapar por una primera impresión, que no es otra que la imagen de portada que los vendedores, ya sean particulares o agencias, eligen para cada uno de los inmuebles que ponen a la venta.
Si esa primera imagen no consigue transmitir la mayor parte de virtudes de la vivienda, lo más probable es que el usuario pase de largo y vaya a por otro anuncio cuya imagen principal le seduzca de verdad. En esta guía vamos ayudarte, no solo a colocar estratégicamente las fotografías en tus anuncios, sino a capturar aquellas imágenes que realmente merezcan la pena: usando el sentido común, la razón estética y un pelín de técnica. ¡Vamos allá!
Antes de la sesión fotográfica. ¿Qué tener en cuenta?
Todo empieza mucho antes de colgar las fotos en el anuncio. La importancia de hacer las cosas bien se remonta a la sesión fotográfica y, si nos apuras, al inicio de la relación entre tú, como agencia inmobiliaria, y tu cliente.
¿Por qué decimos esto? Pues porque es muy lógico que el propietario quiera enviarte sus propias fotos o que se empecine en hacerlas él mismo. Puede que ni tan siquiera sea consciente de que publicar fotos con unas condiciones pésimas de luz, la cocina desordenada o un montón de cajas de la mudanza en el pasillo no ayuda a vender, sino todo lo contrario.
Por tanto, una de las primeras tareas que como profesional inmobiliario tienes por delante es la de sentar las bases de vuestra relación. Es decir, hacerle entender al cliente que a partir de ahora estarás trabajando para conseguir la venta cuanto antes y al mejor precio posible y que, para ello, es preciso que te deje hacer como profesional.
Convencer al propietario
La sesión fotográfica es fundamental y exige unos preparativos. En primer lugar, deberás explicar al cliente que será necesaria una (o varias) sesiones fotográficas para conseguir las mejores capturas de su vivienda.
Elige el momento perfecto
Además, habrá que elegir un día y una hora adecuados, en los que la casa esté lo más despejada posible y las condiciones lumínicas sean las idóneas. Es decir, hay que evitar hacer la sesión en días lluviosos, de noche o al atardecer.
Acondiciona la vivienda para la sesión
Y por supuesto, hay que cuidar los escenarios. Es normal que si se trata de una vivienda de segunda mano, esta presente ya algunos achaques: que necesite una reforma en la cocina y el baño o que las paredes tengan algunos desconchones. Del mismo modo, es natural que la casa muestre señales de que se ha vivido en ella: mobiliario, efectos personales u objetos que hayan pertenecido a las personas que todavía residen o han residido allí. Por tanto, es fundamental aconsejar al propietario sobre la necesidad de adecentar la vivienda para conseguir las mejores fotografías.
Hazte con los medios técnicos adecuados
Por último, y no por ello menos importante, tenemos que apuntar a la tecnología. Para que las capturas sean buenas, hay que contar con un buen equipo: una cámara de uso profesional, que además incluya trípode. Si te resulta factible, tampoco estaría de más hacer un pequeño curso para adquirir soltura en las sesiones y sacar el máximo partido a las ventajas que puede ofrecer un equipo de calidad.
Durante la sesión fotográfica, no te olvides de…
La fotografía inmobiliaria es todo un arte. Y aunque no ofrece serias complicaciones, conviene saber lo que se tiene entre manos. No basta con sacar el móvil del bolsillo y disparar. La fotografía inmobiliaria exige mucho más, así que vamos a darte algunas claves para obtener las mejores fotos de las viviendas que quieres vender.
Cuidar la iluminación
No solo en fotografía inmobiliaria: la iluminación siempre es clave en cualquier instantánea. Por tanto, es fundamental que si estás fotografiando interiores, lo hagas en horas de sol, con iluminación natural. Si una habitación es demasiado oscura, enciende todas las luces que puedas. Evita los perniciosos efectos del flash y deja la sesión para otro día si de repente el cielo se llena de nubarrones.
Mimar los escenarios
El futuro comprador tiene que verse viviendo en esa casa. Y a nadie le apetece mudarse a un lugar desordenado y sucio. Aunque sepan que luego podrán adaptarlo a sus necesidades, la vivienda ya no les habrá entrado por los ojos y la venta será mucho más complicada. Incluso puede que el propietario se vea obligado a bajar el precio.
Desecha todos aquellos elementos que no sean necesarios (muebles viejos, cajas, ropa…) y despersonaliza la vivienda al máximo. Quita fotos personales, recuerdos y detalles que, en general, impidan que esa persona sienta que está viendo la casa de sus sueños. Haz que los espacios luzcan ordenados y simétricos y dispara.
Plantearse una acción de home staging
El home staging es una técnica de marketing inmobiliario mediante la que se adapta y mejora una vivienda para revalorizarla. Esto puede incluir acciones de decoración y adecuación diversas, con las que se despersonaliza el inmueble y se le da un toque mucho más agradable y acogedor. Esto se refleja en las fotografías y puede llegar a incrementar el valor de la vivienda entre un 30 y un 40 %.
Poner en marcha una pequeña reforma
Cuando uno busca vender su vivienda quiere obtener el máximo precio y hacerlo en el menor tiempo posible. Sin embargo, una pequeña inversión puede obrar milagros. Reparar desconchones, eliminar humedades, subsanar golpes y pintar paredes: son pequeñas reformas que puedes captar en imágenes y dar una impresión de diez a los futuros compradores.
Sacarle todo el partido
Si la vivienda tiene unas vistas estupendas a la playa, no hace falta decir que debes captarlas con tu cámara e incluirlas en la galería. Del mismo modo, y aunque sea a través de planos pequeños, debes capturar aquellos rincones que tengan un encanto especial y puedan resultar seductores para aquellos que quieran comprar.
Del mismo modo, no mientas al cliente: evita usar efectos que exageren la amplitud del espacio o filtros que lo hagan parecer más acogedor. Corres el riesgo de que el futuro comprador se lleve una decepción y termine por desestimar la operación.
Para finalizar, añade un toque de magia a tus fotos
Asegúrate de que las imágenes que has capturado cumplen con unos estándares de calidad mínimos. Estas capturas deben contar con la mejor resolución y, si es preciso, podemos aplicarles algún filtro que las embellezca a través de Photoshop u otros programas de edición más sencillos.
Pero ojo, con este toque de magia no puedes pasarte. Algunos profesionales inmobiliarios creen que usando lentes ojo de pez o aderezando las imágenes pueden dejar con la boca abierta a los futuros compradores. Es posible que así sea, pero en cuanto visiten el piso y se den cuenta de la realidad, más dura será la caída. Con ello corres el riesgo de que en ese preciso momento se permitan plantear una bajada de precio, al no ajustarse las fotos con la realidad.