Techos y paredes constituyen un valioso escenario para imprimir un carácter único a los espacios del hogar. Instalar un moldura decorativa es una tarea sencilla y rápida. Lejos de estar pasadas de moda, estos elementos vuelven con fuerza para reivindicar su aportación al diseño de interiores.
Instalar una moldura en techos o paredes es una forma sencilla de imprimir carácter a los espacios. La aparición de nuevos materiales ha sido clave para redescubrir la pasión por este recurso decorativo
Lo que la Rea Academia Española define como un elemento «que sirve para adornar o reforzar obras de arquitectura, carpintería y otras artes» es recurso decorativo de plena actualidad. Y aún hay más. No solo resultan interesantes por su carácter ornamental. Dada la evolución en lo que a materiales se refiere, también lo son por lo fácil que resulta instalar una moldura sin tener que ser un experto en la materia.
Es más que probable que al hablar de molduras decorativas pienses en las míticas piezas de escayola. Nadie puede negar que existen diseños modernos fabricados con este material clásico. Sin embargo, el mercado se ha abierto a otro tipo de materiales más ligeros. Esa es, precisamente, una de las claves de su facilidad de instalación.
Entre las alternativas más populares en la actualidad puedes encontrar molduras de poliuretano o poliestireno. Ambas son aptas, incluso, para zonas como baños o espacios al aire libre. Atractivas visualmente aunque más delicadas resultan las molduras en madera, también disponibles junto a las de escayola o poliestireno.
Antes de instalar una moldura es importante tener claro qué espacio quieres decorar con ella. O si, además de su función ornamental, vas a asignarle algún otro cometido. En paredes o techos, en el dormitorio, el salón, la cocina… Hay muchas opciones y existen modelos que, incluso, pueden servirte para esconder las luces o los rieles de las cortinas.
En función de dónde estén colocadas y cuál sea su diseño podemos hablar de diferentes tipos de molduras. Rosetones para engalanar los techos, cornisas delimitando el perímetro de las habitaciones, molduras decorativas en las paredes o arrimaderos a modo de boiserie son algunos de los más populares.
Rosetones, arrimaderos, cornisas… Existen diferentes tipos de molduras decorativas que puedes instalar en paredes y techos de una manera sencilla con las herramientas adecuadas
Además de tiempo y ganas deberás hacer acopio de herramientas para instalar tú mismo estas piezas decorativas. Junto a las propias molduras necesitarás, por ejemplo, adhesivos especiales -diferentes en función del material elegido o el espacio que ocuparán-, metro, espátula, sierra de costilla, ingletadora o pistola de silicona, entre otros.
Antes de ponerte manos a la obra también debes tener en cuenta ciertas consideraciones previas para una instalación correcta. Las más importantes tienen que ver con el estado de las paredes. Lo ideal es que la zona en la que vayas a realizar la misma sea lisa. El gotelé podría complicar la instalación.
Con independencia de si se trata de paredes o techos, el espacio que vayan a ocupar tus molduras decorativas debe estar limpio, libre de polvo y sin humedad. De lo contrario, los resultados no serán los esperados. Algunos expertos recomiendan, además, colocar los materiales en la habitación, al menos, un día antes para que se vayan aclimatando aunque no es estrictamente necesario.
Con independencia de si tus planes pasan por instalar una moldura de escayola o de poliestireno, lo primero que debes hacer es proteger el espacio. Retira cualquier objeto o pieza de mobiliario que pueda dañarse y, a continuación, empieza eligiendo el punto de partida de la instalación.
El proceso de instalación en ambos casos es muy similar. No obstante, si optas por la de escayola, deberás lijar tanto la superficie del techo o la pared donde irá instalada como las dos caras de la moldura donde aplicarás el adhesivo. Este paso no será necesario si te decantas por materiales más ligeros.
Prepara las piezas que debas usar para los ángulos marcándolas previamente y cortándolas después. Debes ir limpiando la zona y aplicando la masilla para ir pegándolas. Si te pasas, retira el excedente y no olvides pasar una esponja húmeda para dar homogeneidad a las juntas.
Para rematar, puedes pintar tus molduras creando contrastes con los que explorar la dimensión más ornamental de las piezas.
¿Te atreves a instalar una moldura en los diferentes espacios de tu hogar tú mismo?
