Si quieres tener pimientos recién sacados de tu huerto, sólo tienes que proponerte cultivarlos. Si has decidido hacerlo ahora que empieza el otoño, deberás tener un invernadero o al menos una zona que lo simule. Antes de plantarlo, deberás conocer sus características y las condiciones ideales para que crezca sano.
El pimiento necesita una serie de requisitos imprescindibles en cuanto a la luz, el riego, la temperatura, etc. Respecto a la luminosidad, necesita estar plantado a pleno sol. Por ello, en otoño e invierno es necesario el uso de invernaderos. La temperatura mínima para germinar y crecer es de 15 grados. Para florecer necesita un mínimo de 18.
Pero si quieres que tenga una temperatura ideal, deberás conservarlo entre los 20 y los 26 grados. Si tuvieran que soportar menos de 15 grados, lo más probable es que nazcan frutos pequeños y con deformaciones. Si tienes la posibilidad, protégelos con túneles de plástico para asegurarles el suficiente calor.
En cuanto a la humedad, deberá oscilar entre el 50 y el 70%. Si fuera más elevada, originaría el desarrollo de enfermedades en las partes aéreas de la planta. Si por el contrario, fuera demasiado baja, durante el verano se caerían los frutos antes de lo que deberían.
Suelo ideal
Respecto al tipo de suelo, el más adecuado para el pimiento es el arenoso. Si es profundo mejor que mejor, y sobre todo que tenga un buen drenaje. Su riego debe ser moderado y constante en todas las fases del cultivo. El mejor es el riego por goteo. En cambio, el que se hace con aspersor no, puesto que favorece la aparición de hongos.
En cuanto veas que cogen un bonito tono verde, es le momento de recogerlos puesto que estarán maduros. Esto deberá ser así, siempre y cuando estén destinados al consumo inmeadiato o para asarlos. Si en cambio, los quieres emplear como condimento, deja que madure en su totalidad.
