¿Te imaginas crear una gran alfombra verde sobre un pequeño estanque? Si te gusta la idea, sólo tienes que prestar atención a este post sobre la lenteja de agua. También es conocida como Lemna Minor, debe su nombre a la forma y el tamaño de sus hojas. Es una planta acuática de la familia de las Lemnaceae que podemos encontrar en cualquier lugar que no posea un clima de frío extremo.
Está presente en aguas dulces de poco movimiento. Sus hojas son planas, ovaladas y de un color verdoso que varía según la iluminación. El tamaño es diferente dependiendo la especie: entre los 2 milímetros y el centímetro. La libertad de flotación en el agua es su principal atributo, ya que carece de unión con la tierra firme.
La luz solar es imprescindible para estas plantas y, aunque su temperatura ideal son los 20 grados, pueden soportar un rango muy amplio desde los 5 a los 30 ºC. En este caso, no debemos preocuparnos del tipo de sustrato en el que crece, puesto que no cuenta con una raíz fija.
Las lentejas de agua tienen muchas y muy variadas propiedades que van desde el tratamiento de aguas estancadas hasta su utilización como alimento. Hay que destacar que son muy ricas en nutrientes, proteínas y, una vez seca, es muy parecida a la soja.
Su uso es especialmente recomendable en grandes acuarios donde sirve de cobijo, proporciona sombra y alimento a pequeños peces como el Carassius o ‘pez dorado’. Además, el tamaño de las raíces es el perfecto indicador de nivel de nitratos del agua, que es más alto cuanto más grandes sean las mismas.
Reproducción
Aunque hay algunas especies de la misma familia que poseen flores muy pequeñas, lo habitual es la reproducción vegetativa. Una simple hoja puede multiplicarse de forma muy rápida por lo que, si cuentas con esta planta en tu jardín, ten mucho cuidado y limita su reproducción para evitar una plaga.
Su eliminación es muy sencilla: basta con extraerla del agua con una red en espacios grandes como un estanque, y manualmente en lugares más pequeños como un acuario. Este ejercicio se puede hacer de manera habitual o de forma más dilatada en el tiempo, dependiendo el control que queramos aplicar sobre su crecimiento.
