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Enrique Briones, presidente del Grupo Ibergest.

La recuperación y el control de los activos inmobiliarios

Enrique Briones
presidente del Grupo Ibergest.

Con la situación económica actual, las entidades financieras han incorporado a su activo un gran número de inmuebles procedentes de operaciones crediticias. Su naturaleza es muy variada (chalets, pisos, promociones, locales comerciales, naves industriales, solares…) con diferentes estados de conservación. En este punto es donde las entidades financieras deben buscar un colaborador externo que les ayude, mejore, facilite y optimice su negocio en este ámbito para, de esta forma, dedicar todo su tiempo al desarrollo de su actividad básica, lo que repercute directamente en el beneficio para el comprador y, por ende, la propia entidad.

El objetivo último de las entidades adjudicatarias de inmueble es la gestión de los activos con la menor inversión y la mayor rentabilidad posible. Por ese motivo, el estado en el que se encuentre y mantenga un inmueble repercutirá enormemente en el resultado del proceso de comercialización y hará que este se realice en un plazo más breve o se dilate en el tiempo.

A la hora de adquirir una propiedad, nunca nos preguntamos quién hace que el inmueble en el que viviremos esté en buenas condiciones de habitabilidad. En los casos de las propiedades adjudicadas a las entidades bancarias y de ahorro, procedentes de fallidos, las condiciones de conservación suelen ser, en un gran número de casos, de dudosa habitabilidad. Es en este punto, cuando entra en juego el papel de la empresa especialista en la realización de estos servicios, siendo el eslabón entre la entidad financiera y el comprador. La misma es la que ha de resolver y comprobar su estado y puesta a punto de dichas propiedades, ocupándose, desde la limpieza, comprobación de anomalías, situación comunitaria, suministros, rehabilitación, mantenimiento, etc.

Para llevar a cabo esta labor y ofrecer a las entidades un servicio integral que les permita agilizar la comercialización de estos inmuebles, la empresa contratada debe seguir una serie de procedimientos y protocolos de actuación que garanticen la calidad del servicio antes de la presentación de la propiedad a posibles compradores.

Con la situación económica actual, las entidades financieras han incorporado a su activo un gran número de inmuebles con diferentes estados de conservación

En primer lugar, y con el fin de garantizar la seguridad del bien, es esencial valorar su estado, a través de una exhaustiva inspección por peritos, encargados de obra y limpieza: desde los desperfectos a la situación de los suministros básicos (agua, luz y gas….). Una de las primeras acciones a realizar estará enfocada a la seguridad, procediendo en todos los casos al cambio de cerraduras, la retirada de enseres, el tratamiento intensivo de limpieza y actuaciones de reparación o rehabilitación que garanticen dicha seguridad y salubridad en el mismo.

Asimismo, es fundamental realizar un informe de su estado, detallando el plan de trabajo, el de intervención, plazos de realización y finalización. No hay que olvidar que la empresa debe seguir un proceso de mantenimiento y control de las propiedades, mediante inspecciones periódicas, donde se analice el estado de conservación, y las posibles anomalías que pudiesen haber ocurrido por el paso del tiempo inhabitado.

No obstante, nada de esto sería factible de controlar de forma ágil y efectiva, si no se dispone de un soporte potente de gestión informática, preparado y creado de forma expresa y exclusiva para mantener un estado real y día a día de todo lo desarrollado. Es necesario que dicha aplicación sea manejada de forma online por la propiedad, con el fin de conseguir el estado de la situación así como de los informes y ratios de eficiencia, con agilidad y seguridad. Finalmente, como requisito opcional, la empresa contratada debe facilitar un servicio de asistencia a las visitas, facilitando el acceso a los inmuebles bien tanto a los clientes interesados o inmobiliarias autorizadas para su venta, como a las que la entidad en cada momento pudiese autorizar.

La apuesta de estas entidades debe de pasar en estos momentos por empresas sólidas, expertas y con estructuras suficientes, ya que eso es la garantía de seguridad, calidad, innovación y excelencia en el servicio. Hay que pensar que ponen en sus manos el control de activos y depositan en ella la confianza de la gestión.

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