Michael Thonet fue el diseñador de tan singular silla. En 1859 creó este elemento del mobiliario con la idea de que fuera accesible para todos los bolsillos. Cuidó mucho la estética pero no quiso olvidarse de la calidad. Su idea fue tan bien que se convirtió en la primera silla de producción masiva del mundo.
La silla de Michael Thonet
Si no sabes cuál es, te diré sus características principales y seguro que la reconoces enseguida. Es la típica silla de los bares o cafeterías, basada en un respaldo hueco con líneas muy simples. De hecho, los cafés del siglo XIX estaban repletas de ellas, y sin ser conscientes, pusieron en auge este tipo de mobiliario.
El creador de este clásico, era un alemán ebanista y constructor de muebles que nació en 1796 y falleció en 1871.
Comenzó a exponer láminas de madera impregnadas de cola al vapor, y con esta nueva forma de trabajar este material conseguía deformarlo hasta conseguir una masa compacta, elástica y flexible para moldearla a su gusto.
Siguió con la técnica del curvado de la madera, pionera en el mundo y creó la que se convertiría en el número 1 de las sillas.
La denominó ‘Silla de café Número 14’, aunque hoy se haya bautizado con ‘214’. Seis piezas de madera, 10 tornillos, dos tuercas y un asiento, fueron las claves de esta pieza. Con ella vino el triunfo de las industrias culturales, la mercantilización del arte, y por supuesto, supuso el nacimiento de la producción en serie.
Hoy en día es una de las sillas más empleadas en restauración. Las casas minimalistas o con pocos metros cuadrados suelen contar con este tipo de mobiliario, porque ocupa poco espacio y es muy funcional. Tanto es así que, es el producto más vendido del mundo (más de 50 millones de unidades), así que, por algo será, tantas personas no pueden estar equivocadas, ¿o sí?, ¿tú que piensas?