La pandemia ha elevado el número de viviendas heredadas en España. ¿Qué rasgos presenta este fenómeno desde su punto de vista?
La mortalidad en España, en cuanto a dato demográfico, como en cualquier país desarrollado que tiene un sistema estable y unos registros estadísticos fiables, es un dato esperable. Es decir, que cualquier operador de productos o servicios podía hacerse unos cálculos demográficos a medio y largo plazo. La sobremortalidad ha supuesto un incremento del 20% a lo esperable y ello se ha trasladado, como es normal, a in incremento directo al número de herencias y por ende, al volumen de transmisiones de inmuebles.
¿Cuáles son las principales problemáticas que se están derivando de él?
La sobrecarga de herencias sumada al cierre durante meses de la actividad y posteriormente a las medidas de protección frente a la Covid-19 en el ámbito laboral ha producido colapso, retrasos y lentitud tanto en las administraciones públicas (hacienda, registros), lo cual ha dilatado los plazos normales para gestionar una herencia.
¿Notan en su despacho alguna tendencia que se repita y que podría haberse evitado de haberse gestionado correctamente la herencia?
Más bien al contrario, la pandemia ha producido un mayor interés o necesidad de la población en hacer testamento, lo cual siempre es muy positivo tanto para agilizar la gestión de la herencia como para evitar conflictos entre herederos. Por otra parte, las Administraciones Públicas parece que han acelerado la digitalización de los procesos administrativos.
¿Qué debemos entender por “herencias envenenadas”?
Por una parte, herencias que llevan aparejadas deudas y avales del fallecido que pudieran afectar gravemente a los herederos. Y, por otra parte, herencias sin testamentos o con testamentos con una redacción genérica o inadecuada que no solucionan conflictos entre herederos, y que incluso, los generan.
¿Hay muchas en España? ¿Han crecido en los últimos tiempos?
Sí. Desde la anterior crisis, a la cual se sumarán los efectos de la actual crisis económica, hay millones de personas que han tenido problemas financieros o están en riesgo de tenerlos. Todo ello se traslada a las herencias.
¿Qué recomendaciones haría a los herederos a la hora de gestionar un inmueble que ha pasado a su propiedad?
Acudir a un abogado especializado en herencias para hacerlo con agilidad, y sobre todo, para conseguir eficiencia tributaria. No pagar más impuestos de los necesarios.
Según dice en su libro, la principal causa de renuncias a herencias son las cargas derivadas de los avales de padres a hijos. ¿Por qué?
Porque los avales se heredan, y si un padre avala a uno de sus hijos y este no paga, de la deuda responderá el padre y al fallecer, sus herederos, es decir, el resto de hijos.
¿A qué tributos se han de enfrentar los herederos?
Por heredar, al Impuesto de Sucesiones y Donaciones y, además, respecto a los bienes inmuebles urbanos al impuesto municipal de plusvalía (IIVTNU). En algunos supuestos, según las adjudicaciones, puede darse, por exceso de adjudicación o por extinción del usufructo derivado de la compraventa del bien que se hereda, la tributación por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Y posteriormente, si se vende el inmueble, se deberá tributar por IRPF, por ganancia o pérdida patrimonial.
¿Tienen alguna forma de pagar menos o de hacer más llevadero el pago de estos impuestos?
La diferencia de hacer las cosas de diferentes maneras tendrá consecuencias fiscales muy distintas. Cada caso es único, por ello es muy recomendable acudir a un abogado especializado en herencias y su fiscalidad.
¿Qué deducciones existen derivadas de un fallecimiento?
En el Impuesto de Sucesiones, hay:
- Deducciones (gastos sepelio)
- Reducciones de la base imponible (por parentesco, por vivienda habitual, discapacidad, empresa familiar, etc.)
- Bonificaciones de la cuota tributaria.
Al ser un impuesto cedido a las CCAA, cada una tiene beneficios fiscales distintos, lo que deriva en importantes diferencias entre unas comunidades autónomas y otras.
