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Las reclamaciones a la banca que marcarán 2019

Las entidades financieras se enfrentan a una nueva oleada de reclamaciones. Así lo advierte un informe de la consultora internacional Oliver Wyman, documento en el que se adelanta que en los próximos años los bancos deberán hacer frente a nuevos litigios, los cuales tendrán un marcado acento hipotecario. La aprobación y puesta en marcha de una nueva normativa que fortalece a los clientes, así como el giro experimentado por estos a raíz de las causas ganadas explican el futuro surgimiento de dichos pleitos, cuyas probables consecuencias están marcando ya la política de provisiones de las entidades financieras.

Mucho camino por recorrer

En los últimos años han tenido lugar en España numerosas reclamaciones contra bancos, “siendo su foco principal”, afirman desde la Asociación de Usuarios Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), “las cláusulas suelo y los gastos hipotecarios”. Al respecto, esta organización asegura que solo en el caso de las cláusulas suelo se han materializado 1,2 millones de reclamaciones, de las que se han derivado un 97% de sentencias favorables y por las que la banca ha desembolsado hasta la fecha 2.200 millones de euros. No obstante, rechazan que en España se esté reclamando “en masa”, ya que los datos que maneja la asociación “demuestran lo contrario”. De hecho, confirman que en los fraudes masivos que han tenido lugar en los últimos años, solo entre el 10% y el 15% de los afectados han terminado reclamando.

De la misma opinión se muestra la portavoz de Finanzas Personales de Kelisto.es, Estefanía González, quien sostiene que “aún queda mucho camino por recorrer” en materia de reclamaciones hipotecarias. En concreto, defiende que en lo venidero se producirá “un gran boom” de litigios relacionados con abusos hipotecarios. El mismo tendrá varios epicentros, asegura, siendo uno de ellos el surgimiento de demandas producto de la entrada en vigor del nuevo Euríbor “si su nivel o volatilidad dista mucho del actual”.

Límites de la nueva Ley hipotecaria

La nueva Ley hipotecaria entrará en vigor el próximo mes de junio. Esta normativa, según Adicae, tampoco será capaz de “poner coto” a determinadas reclamaciones, como son las derivadas de la comisión de apertura, de las comisiones por amortización anticipada y de los intereses de demora. En esta línea, desde la asociación critican que a pesar de que la ley prohíbe las comisiones de apertura, en el texto aprobado “se dejan muchas excepciones a su favor, por lo que seguirán existiendo estos abusos”.

De igual modo, lamentan que aunque hayan bajado con respecto a la normativa anterior, “se permite a la banca seguir cobrando comisiones por la amortización de la hipoteca”. Un hecho que, desde su perspectiva, es susceptible de ser litigado por parte de los afectados y que así se materializará en lo venidero. Por último, también prevén que la banca se preparará para litigios relacionados con los intereses de demora, pues desde su punto de vista “es incomprensible” que mientras que el Tribunal Supremo (TS) ha fijado en el 2% el interés legal del dinero, “la ley fije este indicador en el 3%”.

Pronunciamiento en torno al IRPH

Sobre el sector bancario también sobrevuela el riesgo de si finalmente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se pronuncia en su contra y condena a las entidades financieras por el IRPH. La sentencia en torno al índice de referencia de las hipotecas se dará a conocer el próximo 24 de junio y, en opinión de Enrique Benavides, gerente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), “podría suponer un nuevo motivo para que los clientes reclamen”.

El efecto de este pronunciamiento, según los cálculos de distintas fuentes, podría oscilar entre los 7.000 y los 44.000 millones de euros. Es por ello que, para Adicae, la postura que finalmente adopte la justicia europea “es el espejo donde han de mirarse los afectados”. Asimismo, la asociación recomienda a los clientes “no firmar ningún tipo de acuerdo con las entidades hasta que la justicia europea haga pública la sentencia”.

Empoderamiento del cliente

¿Qué es lo que ha motivado la ristra de reclamaciones hipotecarias y, por consiguiente, la nueva postura ejercida por los consumidores? A juicio de los expertos, son varios los elementos que explican el giro experimentado por los usuarios de productos hipotecarios. El primero de ellos tiene que ver, en opinión de Maica López, portavoz de Credimarket, con la jurisdicción favorable, “que ha hecho que el consumidor despierte y confíe en las opciones que tiene en caso de reclamar o de llevar a un banco a los tribunales”. “El mensaje que ha calado en la gente es el de que hay opciones de ganar, y eso hace que cada vez sean más los que se animan a reclamar”, asevera.

En paralelo, otra razón que ha facilitado el empoderamiento del cliente es la aparición de despachos de abogados especializados en reclamar tales importes. Así lo defiende Joaquín Robles, analista de XTB, quien añade que incluso existen despachos “que solo cobran al cliente si ganan la reclamación”. Este experto declara que el modus operandi de estas organizaciones consiste en agrupar casos similares “para hacer una demanda colectiva referenciada a alguna sentencia que apoye su denuncia”. Unas facilidades, sostiene, que han motivado que los clientes “se hayan decidido a reclamar con el objetivo de recuperar parte del dinero indebidamente cobrado”.

Reacción de la banca

A lo largo de los últimos años las entidades bancarias han mantenido una postura bastante homogénea en relación a la gestión de las reclamaciones hipotecarias. En esta línea, desde Kelisto.es adelantan que lo habitual en ellas ha sido “que prefieran negociar con los clientes”, mientras que el litigio se ha configurado “como la última opción”. Esta estrategia ha tenido consecuencias en su política de provisiones. Como ejemplo destaca Bankinter, de las entidades afectadas por las hipotecas multidivisa, que ha duplicado las provisiones para litigios judiciales, pasando de reservar a este fin 85,5 millones de euros en 2017 a destinar 184,7 millones en 2018.

Un tipo de maniobras que, según Robles, se produce en los casos en los que los bancos consideran “que tienen muchas posibilidades de perder algún tipo de reclamación”. De ahí que este experto vea “normal” que estimen la cantidad de clientes que pueden reclamar para calcular el impacto financiero que pueden sufrir sobre sus resultados “y así poder dotar provisiones para que no se convierta en un gasto extraordinario”. “Con el tiempo la banca terminará de devolver los importes indebidamente cobrados y no necesitará provisionar fondos para este tipo de reclamaciones, como ya ocurrió en el pasado con otros asuntos, como las preferentes”, concluye.

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