Mies van der Rohe, el arquitecto de la Casa Tugendhat, Patrimonio de la Humanidad
El 27 de marzo de 2012, el logo de Google (Google Doodle) se dedicó al arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, basándose en un edificio de su creación: la Neue Nationalgalerie (Nueva Galería Nacional) de Berlín.
Maria Ludwig Michael Mies, genio de la arquitectura moderna, no estudió en ninguna escuela ni facultad de arquitectura. Comenzó a trabajar en la tienda de mármoles de su padre, Jakob Mies, en Aachen, Alemania. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Aquisgrán, y después trabajó para el arquitecto y diseñador Bruno Paul.
Posteriormente, trabajó con el arquitecto Peter Behrens y entró en contactó con diversos movimientos artísticos y arquitectónicos de vanguardia, así como con otros arquitectos como Walter Gropius. En 1912 se estableció como arquitecto, aunque no tenía ninguna titulación. Como gran vendedor de su talento, se añadió el apellido holandés de su madre Amalia Rohe, y le incorporó “van der”, para darle una sonoridad pretenciosamente aristocrática, pasando a llamarse Ludwig Mies van der Rohe.
En 1913 se casó, y tuvo tres hijas, a quienes abandonó a los ocho años de su matrimonio en favor de su carrera profesional y para gozo de sus amantes, y quizás también por su frustración de no tener ningún hijo varón, aunque años más tarde si llegó a ser padre de un hijo. Su extensa cultura y capacidad de oratoria, le hacían desenvolverse y protagonizar fácilmente cualquier entorno, por lo que tenía una fructífera vida social a la que acudía elegantemente vestido.
Su carrera iba de la mano de la vanguardia arquitectónica: Novembergruppe, De Stijl, Deutscher Werkbund, Revista G…, relacionándose con los más destacados artistas y arquitectos del momento, y llegando a ser el director de la Escuela de Arte y Diseño Bauhaus desde 1930 hasta 1933, año en que los nazis la cerraron. En 1938 emigró a Estados Unidos, pero esa fructífera etapa merece otro artículo.
Las casas de Mies van der Rohe
Ya está claro que la impresionante personalidad de Mies se mueve en círculos vanguardistas, a los cuales accede también la burguesía alemana de los dorados años 20. En aquel entonces las casas eran muy ‘clásicas’. Los volúmenes cúbicos, las cubiertas planas, las estructuras de acero, el hormigón armado, las grandes superficies vidriadas, el uso del acero inoxidable en el mobiliario, las exentas formas geométricas y la austeridad decorativa resultaban novedosas.
En 1925, Mies proyectó el edificio de Apartamentos Weissenhof en Stuttgart (Alemania), para la exposición ‘Werkbund Deutscher Expo’. El bloque lineal lo orientó hacia el sur para que la fachada quedase soleada por amplias ventanas y procuró que los árboles que se plantaron cerca quedaran alejados del edificio. La estructura de acero y los tabiques móviles dotaron a las viviendas de mayor adaptabilidad a sus inquilinos, dado que los apartamentos estaban destinados al alquiler.
La casa Wolf, en Cuben (Alemania), construida en 1927 por encargo de Erich Wolf, tiene toda la fachada de ladrillo, un juego de volúmenes cúbicos en movimiento, y grandes ventanales, algo realmente transgresor para su época. Igualmente, la casa Lange y la casa Esters, en Krefeld, (Alemania), se las encargaron en 1927 Hermann Lange y Josef Esters, dos amigos y empresarios textiles. Lange era también coleccionista de arte moderno y asiduo a Berlín, por lo que conocía bien la obra de Mies. De nuevo con la fachada de ladrillo, se repitieron los aspectos innovadores que hemos mencionado. Actualmente las dos casas se emplean como salas de exposiciones para museos de arte moderno y pertenecen al Ayuntamiento de Krefeld.
Aunque no sea una vivienda, afortunadamente, en 1929, Mies proyectó el pabellón de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona (España), de gran sencillez compositiva y que sigue influyendo en la arquitectura actual. A la inauguración, Mies acudió muy elegante con su frac y chistera y conversó con el Rey Alfonso XIII. Después, el Pabellón de Alemania se reconstruyó en 1986, invitando para la reinauguración a la hija menor de Mies, Georgia van der Rohe, que se cambió su apellido por el de su famoso padre para promocionar su carrera. También asistieron al evento Pasqual Maragall y Jordi Pujol, pero no vamos a entrar en discusiones ni porcentajes.
En 1932, Kart y Marta Lemke, propietarios de una imprenta y coleccionistas de arte, encargaron a Mies la casa Lemke, en Berlín (Alemania). La pequeña vivienda se ejecutó también con fachada de ladrillo, formas cúbicas, grandes ventanales y diseño exclusivo de mobiliario. En 1945, la Alemania comunista primero la empleó como garaje y después como vivienda y lavandería para la Stasi. Fue catalogada como monumento por el Ayuntamiento de Berlín en 1977, y en 2002 se rehabilitó la casa y el jardín, que se incluía en el proyecto original, siendo utilizada actualmente como sala de exposiciones de arte moderno.
En todos los trabajos europeos de Mies, colaboró con él la magnífica interiorista y diseñadora Lilly Reich, que también fue su amante, dejando su genio en el sutil mobiliario que a día de hoy todavía resulta emocionante. Durante la trayectoria americana de Mies, también tuvo un equipo muy profesional con excelentes colaboradores que dejaron su huella.
La casa Tugendhat, Patrimonio de la Humadidad
Fritz y Grete Tugendhat, un matrimonio de acomodados empresarios judíos, tenía el deseo de construirse una mansión sobre un terreno con vistas hacia la ciudad de Brno y el Castillo de Spielberg, en la actual República Checa. En 1938 realizaron el encargo a Mies, a quien al principio no le gustó mucho el trabajo y, de hecho, hasta que no visitó la ciudad, no le dio mucha importancia.
La parcela se ubica en una ladera con acceso desde la calle situada en el nivel superior. El edificio tiene una planta a la altura de la calle y al estar en un plano horizontal se crea una planta inferior con dos plantas vistas hacia la fachada del jardín. Mies abrió la casa hacia el jardín y las vistas, dejando la fachada de calle lo más ciega posible. La planta principal carente de puertas no delimita espacios, representa la denominada ‘planta libre’ del ‘movimiento moderno o arquitectura internacional’. Los grandes ventanales conectan el interior con el exterior. Como innovación, las enormes ventanas del salón se movían mecánicamente ocultándose en el interior del muro de fachada.
El matrimonio Tugendhat no puso trabas al elevado presupuesto, solicitó el diseño del mobiliario, y quedó impresionado con los resultados, aunque la vivienda les pareció grande con respecto a su programa inicial. La estructura de la casa es de acero y los pilares vistos que aparecen en la planta del salón se cromaron para formar parte de la decoración, algo inusual para la época. Los tabiques de piedra onix y las maderas tropicales de ébano indonesio y de zebrano, constituían en sí mismos impresionantes elementos decorativos.
Herr Mies y Frau Reich diseñaron con extrema exquisitez los muebles de la casa, y se precisó su ubicación exacta: la mesa del comedor se ancló al suelo para que los inquilinos no la moviesen. Todo estaba minuciosamente proyectado y colocado, algo que tuvieron que asimilar Herr und Frau Tugendhat. Se cuenta la anécdota que una vez acabada la casa, los propietarios compraron un piano y lo pusieron en la planta principal, pero cuando se enteraron que Mies iba a visitarles intentaron esconderlo en el sótano, aunque finalmente el detallista arquitecto no acudió.
Tras la invasión alemana de Checoslovaquia, los Tugendhat salieron del país, y la vivienda se utilizó como oficinas de la empresa alemana Messerschmitt. Años más tarde, las tropas soviéticas la utilizaron como establo metiendo caballos y bueyes. La Checoslovaquia comunista la empleó como gimnasio y escuela de danza. Afortunadamente, el empeño y determinación de los arquitectos de Brno consiguieron salvar la casa para que después de varias décadas se restaurara, chocando la reconstrucción de una mansión capitalista en un país comunista. En 2001, la Unesco incorporó a la Villa Tugendhat, al Listado de Patrimonio Mundial ó Patrimonio de la Humanidad.
Reflexiones sobre Mies van der Rohe
Espero que las pinceladas biográficas os hayan acercado a la mitificada figura de Mies. Tras la grata exposición de algunas de sus obras conviene reflexionar:
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▪ Mies se promocionó y no iba vestido de progre de la época.
▪ Los adinerados clientes del arquitecto le dejaron libertad de creatividad para plasmar un programa de necesidades.
▪ El éxito de sus casas es también debido al trabajo en equipo con los brillantes colaboradores.
▪ El mobiliario que hoy nos parece moderno, cuenta con más de 80 años de antigüedad.
▪ Merece la pena conservar la buena arquitectura, aunque no sea centenaria ni se ubique en cascos históricos.