Net Zero: construcciones sin emisiones para una vida mejor

Los edificios representan el 36% del consumo de energía final de cualquier país de la Unión Europea. España, además, cuenta con un parque edificado muy envejecido. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2 de cada 3 edificios se construyeron con anterioridad a la primera normativa que introdujo unos criterios mínimos de eficiencia energética (la norma básica de edificación NBE-CT-79). Esto significa que hay mucho margen de mejora para reducir las emisiones de CO₂ en el sector de la construcción.

En este contexto han aparecido las llamadas edificaciones Net Zero, un modelo innovador y sostenible de construcción que busca eliminar prácticamente el impacto ambiental de los edificios.

¿Qué son las edificaciones Net Zero?

Un edificio Net Zero es aquel que, a lo largo del año, cubre todas sus necesidades energéticas con energías renovables, logrando un balance anual de cero emisiones netas de carbono en su funcionamiento. En otras palabras, produce tanta energía limpia como la que consume, evitando así emitir CO₂ a la atmósfera. Para alcanzar este equilibrio, estos edificios combinan alta eficiencia energética (minimizando al máximo su consumo) con la autoproducción de energía renovable (paneles solares, aerogeneradores, biomasa, geotermia, etc.).

Para lograrlo, el diseño es clave. Se aprovechan principios de arquitectura bioclimática (orientación del edificio, ventilación natural, maximizar la luz solar, aislamiento térmico óptimo) y se incorporan tecnologías eficientes: iluminación LED inteligente, sistemas de climatización de alta eficiencia, recuperación de calor, control domótico, etc. Un ejemplo reconocido es el estándar Passivhaus (casa pasiva), originado en Alemania, que se centra en lograr un aislamiento y estanqueidad excepcionales para reducir un 75-90% la necesidad de calefacción y refrigeración.

Otras certificaciones internacionales ponen el listón incluso más alto: LEED Zero (del US Green Building Council) reconoce edificaciones que efectivamente logran cero emisiones netas de carbono, verificando con datos reales que el edificio genera al menos tanta energía renovable como la que consume o que compensa sus emisiones. También existen sellos como BREEAM, VERDE (GBCe) o DGNB, que evalúan la sostenibilidad global de los edificios, y que cada vez incorporan criterios de neutralidad en carbono.

¿Son más caros de construir?

En general, sí, la inversión inicial es mayor, pero la diferencia se ha ido reduciendo con el tiempo. En proyectos residenciales de alta eficiencia se estima un sobrecoste de entre un 5% y un 15% respecto a un edificio convencional. Este extra suele provenir de aislamientos adicionales, ventanas de mejor calidad, sistemas de ventilación sofisticados, equipos renovables (paneles solares, geotermia, etc.) y procesos de diseño más detallados (simulaciones energéticas, sellos de certificación…).

Sin embargo, ese mayor desembolso se amortiza a medio plazo gracias al ahorro energético. Un edificio Net Zero consume de la red eléctrica o de combustibles una cantidad ínfima (o nula) de energía, por lo que las facturas mensuales de luz, gas o calefacción son muchísimo más bajas. Así, con el paso de los años, el ahorro en suministros compensa la inversión inicial extra – y a partir de cierto punto, el ocupante “gana dinero” en comparación con vivir en un edificio ineficiente.

Además, estos inmuebles tienden a revalorizarse en el mercado: cada vez más compradores e inquilinos buscan eficiencia por el ahorro y por conciencia ecológica, y eso hace que edificios con certificaciones ambientales alcancen mayores valores y rentas.

Otro factor económico importante son las ayudas y subvenciones públicas. Tanto la Unión Europea como el Gobierno de España ofrecen incentivos para construcciones sostenibles y rehabilitaciones eficientes. Actualmente existen programas que cubren hasta el 30% o 40% de la inversión para rehabilitar fachadas, cambiar ventanas o instalar renovables, en función del ahorro de energía logrado. En el caso de edificios nuevos, también hay beneficios fiscales y subvenciones puntuales si se incorporan tecnologías verdes.

Materiales y ciclo de vida: la nueva frontera de la sostenibilidad

Hasta hace poco, el debate sobre edificios sostenibles se centraba casi exclusivamente en la energía que consumen durante su uso. Sin embargo, existe otra pieza del puzle igual de importante: la energía y emisiones “embebidas” en los materiales y en la construcción del edificio. Aquí es donde entra en juego el Análisis de Ciclo de Vida (ACV).

Este análisis evalúa el impacto ambiental de un edificio desde su concepción hasta su demolición, incluyendo la extracción de materias primas, fabricación de materiales (cemento, acero, ladrillos, cristal, etc.), transporte, fase de obra, mantenimiento a lo largo de los años y finalmente su deconstrucción y gestión de residuos.

Según el World Green Building Council, las etapas de construcción, suministro de materiales y demolición pueden suponer entre el 10% y el 20% de las emisiones totales de carbono que generará un edificio a lo largo de su vida.

La elección de materiales de baja huella de carbono es crucial en los edificios Net Zero de nueva generación. Por ejemplo: usar madera certificada u otros materiales de origen biológico en sustitución de estructuras de acero u hormigón cuando sea posible. O emplear cementos y aceros reciclados, aislamientos ecológicos y en general priorizar materiales locales y con bajo contenido energético. También implica diseñar con circularidad en mente: facilitar que los elementos constructivos puedan reutilizarse o reciclarse al final de la vida útil del edificio.

A partir de 2030 será obligatorio calcular y declarar el potencial de calentamiento global de los edificios nuevos. En la práctica, esto quiere decir que un promotor que quiera construir, por ejemplo, un bloque de viviendas deberá presentar en su certificado energético cuántas toneladas de CO₂ emitirá ese edificio en todo su ciclo de vida.

El edificio Net Zero del futuro cercano no solo tendrá cero emisiones operativas, sino también una mínima huella de carbono “oculta” en sus paredes, vigas y cimientos.

Ejemplos reales de edificaciones Net Zero

Aunque pueda parecer un concepto futurista, en España ya existen edificios Net Zero destacados:

  • Entegra (Barcelona): Es conocido como el primer edificio de oficinas de emisiones cero del país. Cuenta con una fachada de madera innovadora, sistemas inteligentes de ventilación natural y una gran instalación solar, logrando operar sin emitir CO₂. Demuestra que incluso en entornos urbanos densos se puede aspirar al Net Zero.

  • Edificio LUCIA (Valladolid): Inaugurado en 2014, fue pionero en España al anticiparse al concepto Net Zero. Este edificio de laboratorios logró cubrir el 100% de sus necesidades energéticas con fuentes renovables y obtuvo múltiples certificaciones: Passivhaus, LEED Platino y la máxima certificación del GBCe. Su diseño bioclimático y la integración de energías limpias lo convirtieron en un proyecto ejemplar a nivel internacional.

  • Greenspace PCTG (Gijón, Asturias): Este edificio de oficinas de 1.200 m² es el primero Net Zero, o casi neto, de Asturias. Combina medidas pasivas (aislamiento, diseño compacto) con una llamativa pérgola fotovoltaica en su fachada sur y sistemas avanzados de climatización eficiente. El resultado es un edificio capaz de autogenerar toda la energía que consume, convirtiéndose en un referente de sostenibilidad en el norte de España.

  • Escuela de Diseño y Medio Ambiente de la Universidad Nacional de Singapur: Es un ejemplo líder mundial de edificio de energía neta cero. Su diseño de ahorro energético y la generación integrada de energía renovable son tan eficientes que el edificio incluso llega a generar un 30% de excedente de energía limpia.

Foto: Rory Gardiner.

Beneficios e inconvenientes de los edificios Net Zero

Estas edificaciones representan un cambio radical de concepto y proponen grandes ventajas, pero, como en todo también conllevan desafíos.

Ventajas

  • Ahorro económico a largo plazo
  • Contribución a la sostenibilidad
  • Mayor confort térmico y salud de sus habitantes
  • Independencia energética
  • Mayor valor futuro
  • Anticipación al cumplimiento normativo

Inconvenientes

  • Inversión inicial más alta
  • Complejidad técnica y de diseño
  • Mantenimiento especializado
  • Mucha regulación y tramitación lenta de ayudas
  • Coste alto de materiales ecológicos

Las edificaciones Net Zero representan una revolución necesaria en la forma de construir y habitar nuestros espacios. Son piezas fundamentales para frenar el cambio climático desde las ciudades y pueblos, y al mismo tiempo traen consigo espacios más agradables y económicos de usar.

¿Pero hasta qué punto estamos dispuestos a impulsar este cambio en nuestro entorno más cercano? ¿Estamos dispuestos a invertir un poco más ahora en nuestra vivienda para ahorrar energía y emisiones durante décadas? La respuesta a estas preguntas definirá, en gran medida, el paisaje de nuestras ciudades del mañana.

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