El gobierno de los Estados Unidos acaba de aprobar la puesta en marcha de un plan contra los embargos hipotecarios, ayudando a los propietarios a evitar las ejecuciones de sus viviendas e inyectando liquidez a seis importantes entidades financieras: nada menos que 9.900 millones de dólares, destinados a suavizar las condiciones de los contratos hipotecarios y bloquear las ejecuciones.
Con esto, la recientemente elegida Administración Obama ha gastado ya más de 75.000 millones de dólares en subsidiar parte de la reducción de pagos hipotecarios y proponer incentivos de cara a controlar y reducir el número de embargos, multiplicado en tiempos de crisis. Se espera que este plan ayude a unos 9 millones de propietarios con problemas para pagar sus hipotecas.
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