Los revestimientos empleados para decorar los muros dicen mucho de quienes habitan el interior de un hogar. Despiertan emociones, crean sensaciones y revelan el estilo de quienes ocupan la construcción. Dentro del amplio catálogo de propuestas del mercado, el papel pintado ecológico con textura es uno de los revestimientos más versátiles. Su popularidad alcanzó un notable éxito décadas atrás pero, con el paso del tiempo, vuelve a conquistar interiores de medio mundo mientras evoluciona ofreciendo alternativas más sostenibles y originales.
Las paredes son auténticos lienzos en blanco cuya decoración contribuye notablemente al atractivo de cualquier habitación y el papel pintado ecológico con textura ofrece muchas posibilidades
En pleno despertar de la conciencia medioambiental, el papel pintado ecológico con textura es una alternativa eco-friendly a las propuestas tradicionales. No contiene PVC ni destila aroma alguno a plásticos u otros químicos. Además, ofrece una interesante resistencia al desgaste y el lavado. A estas dos características hay que añadir, por otro lado, que es reciclable.
La versión más sostenible de este revestimiento es el papel pintado compostable. Su componente principal es el lino, un tipo de fibra vegetal respetuosa con el medio ambiente. A él pueden sumarse también la viscosa o la pasta adhesiva orgánica, componentes que, en todo caso, son 100% libres de aditivos químicos nocivos.
Dicho de otro modo, el uso de este tipo de papel ecológico reduce notablemente nuestra huella ecológica.
Al margen de su carácter sostenible, el papel pintado ecológico ofrece un sinfín de posibilidades en materia de diseño. Los motivos tropicales o estampados florales ocupan buena parte de las decoraciones más actuales.
Mientras, los damascos clásicos, los colores sobrios o los estampados sofisticados se mantienen en un discreto segundo plano. Eso sí, sus resultados son igualmente inspiradores.
Pero si hay una elección atemporal que triunfa en cualquier estancia de la casa es el papel ecológico con textura. Su principal atractivo es que es capaz de evocar los acabados de otros materiales cuando, en realidad, se trata de papel pintado.
El resultado son ambientes llenos de estilo, con texturas que enriquecen los ambientes sin saturarlos. Además, resultan notablemente más económicos de revestir que con los materiales originales.
La evolución en la fabricación de esta clase de papel pintado respetuoso con el medio ambiente ha permitido que este tipo de revestimientos se cuele también el baño o la cocina
Entre las opciones más demandadas los acabados que imitan a la madera son todo un clásico. Ideales para revestir una o varias paredes, este tipo de diseños se presenta en multitud de colores y patrones. Dormitorios nórdicos, salones rústicos, comedores mediterráneos… Cualquier escenario gana en atractivo con este tipo de patrones.
Con el tiempo, las nuevas tendencias en decoración han despertado un amplio elenco de propuestas en lo que a papel pintado con textura se refiere. Los acabados imitando a hormigón o ladrillo, por ejemplo, son perfectos para ambientes industriales. Otros, como los que imitan al azulejo, por ejemplo, se cuelan en cocinas y baños mientras.
Más allá de evocar los acabados de otros materiales, el papel pintado ecológico con textura es interesante por sus propiedades. Por eso, a la hora de elegir el más apropiado, no solo hay que poner el acento en su aportación estética, sino en otras bondades como su capacidad para absorber el sonido, su contribución al aislamiento térmico, su baja inflamabilidad o su durabilidad.
Resuelta la cuestión de cuál elegir toca ponerse manos a la obra y dar respuesta a cómo colocarlo. El punto de partida es calcular cuántos rollos necesitarás. Por lo general, el papel pintado ecológico viene en rollos con medidas estándar pero hay que hacer bien las mediciones para no pasarse ni quedarse corto.
Si optas, por ejemplo, por diseños con dibujos que deban encajar, deberás calcular un 10% más. En todo caso, conviene echar bien las cuentas para que todos los rollos pertenezcan a la misma tintada y evitar así posibles diferencias de tonalidad.
Antes de empezar a empapelar, eso sí, hay que preparar las paredes. Si tienes gotelé debes eliminarlo, lo mismo que si los muros cuentan con un papel pintado anterior. En el caso de paredes lisas, basta con asegurarse de su buen estado o corregir las pequeñas imperfecciones que puedan tener.
Una vez listas, aplica cola en la superficie a empapelar. Es fundamental que la primera tira esté recta por lo que deberás utilizar una regla o nivel y empezar desde el techo. Ve pasando la mano por la superficie para colocarla y cuando ya esté lista, haz lo propio con un cepillo seco. Deberás repetir el proceso sin montar ningún rollo encima de otro y dejando unos centímetros en zonas como el rodapié, las ventanas o las puertas que, posteriormente, eliminarás con un cúter o unas tijeras.
¿Qué tipo de papel pintado ecológico con textura elegirías para tu hogar?
