El Gobierno de la capital china ha puesto en marcha un sistema de escáneres faciales en urbanizaciones de viviendas públicas. La medida tiene por objetivo evitar el subarriendo de viviendas de protección oficial y afectará a alrededor de 120.000 residentes de la ciudad. Las comunidades de vecinos tendrán métodos de registro para garantizar el seguimiento de la información de los visitantes.
Dicho sistema es capaz de seguir a cualquier persona que entre y salga de uno de estos complejos residenciales, integrándose en los sistemas de control de acceso para restringir la entrada a extraños. Pekín cuenta con 76 complejos de vivienda pública de alquiler, con más de 100.000 apartamentos en su haber.
