El perlagonio o pelargonium, es una flor de jardinería que proviene de Sudáfrica. Fue introducida en Europa en el siglo XVII a través de los barcos que abordaban el Cabo de Buena Esperanza.
Se la ha denominado como «geranio real» o «geranio de pensamiento», una definición errónea ya que aunque parecidas, el perlagonio y el geranio son dos plantas distintas.
Cuidados del perlagonio
El Perlagonio se identifica por sus grandes flores de colores de seis petalos. Sus brillantes hojas verdes desprenden un aroma maravilloso algo que no ocurre con los geranios tradicionales.
Es una planta que puede vivir tanto en el exterior como en el interior. Produce flores durante casi todo el año, sin embargo, para que tenga una buena floración deberá recibir la luz directa del sol durante al menos cuatro horas al día.
En las zonas o épocas más calurosas hay que tener cuidado porque pueden achicharrarse. Guarda tu perlagonio en el exterior en las horas centrales del día para evitar que el sol estropee las flores.
Es en primavera, sobre todo en el mes de marzo, cuando las flores del perlagonio están en todo su esplendor. Aunque en otoño también puede florecer durante los días de sol.
En verano asegúrate de que cuente con el agua suficiente para sobrevivir.
En invierno, cuando la temperatura es menor de 10 grados, es mejor meter el perlagonio dentro de casa y protegerlo con alguna tela. Aprovecha esta época para recortarlo, dejándolo en unos diez centímetros de altura, de esta manera resistirá mejor el resto del año.
Retira las hojas secas o estropeadas y las partes muertas que estén unidas al tallo. Durante el periodo de floración, aplica cada quince días un abono para plantas en flor que sea rico en fósforo y potasio.
El Perlagonio es una planta que necesita agua de forma regular durante todo el año, pero en verano se multiplica esta necesidad.
Si sigues estos consejos apreciarás como a tu perlagonio le saldrán unas flores maravillosas y llenas de color.
