La vida puede dar muchas vueltas, más aún cuando se vive de alquiler. Motivos laborales, económicos o personales pueden obligarnos a tener que dejar la vivienda de alquiler a la que llegamos antes de lo previsto. Dejar una casa de alquiler antes de que termine el contrato es posible. Aunque dependiendo de las circunstancias puede que tengamos que pagar al propietario una indemnización.
El periodo «mágico» de los seis meses
Desde su modificación en 2019, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que la duración mínima de un contrato de alquiler es de cinco años, prorrogables de forma tácita otros tres años, frente a los tres años de duración anteriores. En el caso de las personas jurídicas, la duración mínima es de siete años.
La misma LAU permite al arrendatario desistir del contrato una vez que hayan transcurrido los seis primeros meses, siempre que comunique su decisión al arrendador con una antelación mínima de 30 días. Si el plazo de preaviso es inferior a los 30 días, el propietario podrá descontar de la fianza la parte de la mensualidad proporcional a los días restantes.
La indemnización por desistimiento anticipado
Sin embargo, la norma establece también la posibilidad de que las partes pacten en el contrato la obligación de que el inquilino abone al propietario una indemnización de una mensualidad de renta por cada año de contrato que reste por cumplir. Cualquier otro tipo de indemnización distinta a la que indica la LAU que perjudique al inquilino sería ilegal y, por tanto, de consideraría nula.
Es decir, si un arrendatario desiste del alquiler transcurridos seis meses desde la firma del contrato, y avisa de su marcha con 30 días de antelación, deberá abonar al casero una mensualidad por cada año de contrato restante (cuatro meses y medio si la duración del alquiler era de cinco años), pero solo en el caso de que así se indique en el contrato.
¿Qué pasa si me voy antes de los seis meses?
Es posible que las circunstancias nos obliguen a dejar una casa de alquiler antes de que termine el contrato y, más allá de eso, antes de que transcurran los seis primeros meses desde su firma. También en este caso es posible dejar la vivienda, pero estaríamos ante un incumplimiento del contrato por el que el propietario podría solicitar una indemnización.
Cuando esto ocurre y la falta de acuerdo acaba en una demanda, lo más común es que la sentencia obligue al inquilino a abonar las rentas que restan hasta los seis meses desde la firma del contrato. En el caso de que el contrato incluya una penalización por desistimiento anticipado, el arrendatario deberá pagar también la indemnización de una mensualidad por cada año restante que establece la LAU.
¿Y si el arrendador no realiza reparaciones?
En ocasiones el abandono de la vivienda tiene que ver con desperfectos o averías que hacen difícil permanecer en la casa, algo que puede pasar desapercibido antes de la firma del contrato y dar la cara cuando los inquilinos ya viven en el inmueble. Es obligación del propietario ocuparse del mantenimiento de la vivienda y arreglar estos desperfectos, siempre y cuando no se hayan producido por un mal uso de los inquilinos, pero esto no siempre ocurre.
En este caso, la Ley de Arrendamientos Urbanos permite al inquilino poner fin al contrato de alquiler independientemente del tiempo que haya pasado desde su firma, sin contraprestación económica, al igual que en el caso de que el propietario perturbe al inquilino en el disfrute de la vivienda o acceda a ella sin su consentimiento.
¿Estás pensando en dejar una casa de alquiler antes de que termine el contrato? La recomendación es que leas el documento con atención, tanto ahora como antes de la firma, para no incurrir en situaciones que puedan suponer una penalización económica.
