En España cada vez más propiedades ubicadas en espacios rurales salen a la venta mediante subasta. Un mercado que pesa ya el 5% del inmobiliario español y en el que los compradores nacionales ganan peso. No obstante, y a juicio de los expertos, en la gran mayoría de los casos las operaciones van de la mano de compradores e inversores extranjeros.
Las zonas en las que más se ha dinamizado este segmento del mercado son Extremadura, el sur de Castilla-La Mancha y Andalucía. Estas operaciones suelen estar protagonizadas por clientes estadounidenses o procedentes de países árabes. El interés por este nicho de mercado crece a un ritmo de entre el 18% y el 20% anual. Se trata de explotaciones ganaderas, vinícolas o cotos de caza que reciben una multitud de nuevos usos.