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¿Te gustaría tener en tu casa algún mueble que haya marcado un hito en la historia de la decoración? Hay muchos iconos del diseño, como puede ser la silla Tulip o la Bad Tempered Chair, pero en esta ocasión te vamos a hablar de la Red Blue Chair. Esta original pieza de mobiliario fue diseñada en 1918 por el arquitecto y diseñador alemán Gerrit Rietveld.

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La Red Blue Chair puede constituir la figura más representativa de De Stijl, un movimiento artístico de la primera década del siglo XX, caracterizado por exaltar la elementalidad de las formas y su sentido funcional. De hecho, las creaciones nacidas al calor de esta corriente se pueden definir hasta como ‘antidecorativas’, pues su diseño se despoja de su sentido de la ornamentación superficial y se convierte, como la luz, en un medio puramente pragmático.

Líneas rectas y colores primarios

Es por esta razón que los colores elegidos son primarios y vivos: rojo, azul y amarillo, además del negro. No obstante, la primera versión original estaba pintada de negro, gris y blanco. Las líneas que la singuralizan son rectas con anexiones perpendiculares. Siguiendo este mismo estilo, los volúmenes de cada parte de la silla son rectangulares. La simplicidad de su planteamiento se ideó en un principio con la intención de que fuera fabricado en serie.

De acuerdo con el movimiento De Stijl, Rietveld creía que el último fin de diseñador era crear un mueble que proporcionara el máximo confort, tanto físico como de psíquico. El espíritu de la renovación de Europa, tras la devastación de la I Guerra Mundial impulsó tanto a los artistas, como a los políticos y a los ciudadanos de aquella época a reconstruir el continente con formas nuevas, esenciales para renovación. Actualmente, esta silla se puede ver expuesta en el Museo de Arte de Toledo en Ohio (Estados Unidos).

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