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Restaurar un antiguo lavabo de palangana

He elegido este concreto mueble porque mi madre tiene uno precioso, también restaurado, en su dormitorio, y tengo que decir que estoy enamorada de él. Cuando lo veo me evoca a una época pasada cuando las señoras se aseaban y arreglaban en sus alcobas, que se convertían en improvisados aseos. Es un mueble que, seguramente, tenga que pasar sí o sí por una previa restauración, si no por tu parte, por el anticuario o la carpintería, ya que es difícil encontrarlos de nueva creación. Además, lo bonito es ver el proceso de recuperación de un mueble con historia como este. Para restaurarlo sigue estos pasos.

Restaurar maderas antiguas

Hay que comenzar evaluando las piezas que posee. Normalmente se compone de la estructura, un espejo frontal y si aún lo conservas, una palangana y un jarrón, seguramente de cerámica. Estas piezas ya queda a tu elección restaurarlas o mantenerlas igual. Si se perdieron por el camino, estas si las podrás encontrar en tiendas de decoración para completar el mueble.

Separa los cajones y otras piezas que puedan desmontarse para trabajar más fácilmente. Los primero que hay que hacer es retirar toda la pintura y barniz anterior, por lo que se comienza por dar una mano de decapante a todo el lavabo, de manera que también eliminamos cualquier resto de suciedad o polvo, así como imperfección del mueble. Aplica el decapante y deja secar.

Después habrá que rascar el decapante ayudándonos de unas paletinas, para quitar la mayor cantidad de pintura posible sin dañar el mueble de manera excesiva. No te preocupes por la pintura restante que no se haya eliminado del todo, ya que ahora viene la fase de desbastado.

La técnica del desbastado consiste en quitar la pintura que no hemos podido rascar en el proceso de decapado. Para ello se usa una lijadora eléctrica con lija especial para desbastar. También puedes usar una lija manual pero será mucho más pesado y difícil. Te siempre mucho cuidado pues un exceso de lijado puede dañar la madera porque la lija es muy abrasiva y puede dejar marcas o hendiduras que después se notarán mucho.

Una vez desbastado el mueble es conveniente pasar una lija mucho más fina que la anterior para lograr un acabado refinado. Usa de nuevo la lijadora eléctrica pero cambia el tipo de lija. No olvides repasar las partes más difíciles como molduras, salientes, recovecos o pequeños detalles con la lija de mano.

Cuando hayamos lijado todo, es el momento de añadir algún detalle decorativo si queremos tallarlo, por ejemplo, en los cajones. Ayúdate de un punzón y un mazo para realizar el motivo que desees. No elijas nada complicado, simplemente alguna florecita o algo similar.

Tallado el detalle, podemos comenzar con la primera mano de barniz. Puedes elegir un tono neutro con brillo o comprar barniz con color. Si este último es el caso, elige siempre un tono natural de madera como el caoba.

Secada la primera mano, pasa la lija fina para eliminar las asperezas, retira el polvo generado y aplica la segunda mano de barniz.

Una vez barnizada, vuelve a montar todas las piezas del mueble, cambiando los clavos viejos y oxidados por unos nuevos. Límpialo bien, sustituye el espejo si el anterior está dañado y coloca la palangana y el jarrón en su sitio, combinándolos con unas bonitas toallas. Ya tienes un lavabo que ha recuperado su belleza y puede seguir ejerciendo como mueble, esta vez de adorno claro.

Si quieres sacarle mayor partido, puedes sustituir la palangana por un lavabo de cerámica e instalar el mueble en el baño, sólo tendrás que habilitar las conexiones con los desagües y la toma de agua. Es fácil.

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