Dormir es un placer al que cuesta resistirse. De hecho, propiciar el descanso es uno de los cometidos principales del dormitorio. En la tarea, cuenta con recursos valiosos como los textiles de la cama. En este capítulo, las sábanas de seda constituyen una opción a tener en cuenta, sobre todo, entre quienes buscan descansar entre tejidos con un alto poder de seducción.
Su tacto suave, su brillo o sus intensos colores son solo algunos de los reclamos de este tipo de material que ofrece ventajas e inconvenientes. Conocer sus puntos fuertes y sus debilidades es clave para elegir con acierto, pero también puedes servirte de ciertas recomendaciones básicas para no errar con la compra.
Suaves al tacto, elegantes y duraderas. Las sábanas de seda son todo una de las opciones más exclusivas para vestir el lecho y, con los cuidados adecuados, también una de las más interesantes
Los profesionales señalan, por ejemplo, el color o el número de hilos como factores a tener en cuenta antes de decantarse por una u otra opción. El primero depende, en buena medida, de los gustos particulares de cada uno. Sin embargo, el número de hilos suele determinar la suavidad y resistencia de la pieza de modo que, cuanto mayor sea el número, más suaves y duraderas serán las sábanas aunque no es una ciencia exacta.
Una de las cuestiones importantes pero menos conocidas a la hora de comprar sábanas es la altura del colchón. De ella dependerá, básicamente, cómo asienten los textiles y hay que tenerla clara antes de elegir el juego que vestirá tu cama. Esta información suele estar incluida en la etiqueta aunque ante la duda, no está de más consultar con los expertos.
Es posible, incluso, que aunque tus textiles sean aptos para la profundidad de tu colchón, el material del mismo haga que no asienten correctamente. Por ejemplo, si hablamos de colchones blandos, puede que incluso si la etiqueta te indica que son válidas para su altura, cuando te tumbes las esquinas se suelten.
Si estás decidido a optar por una fibra natural como la seda debes saber que existen distintos tipos. La más habitual para la fabricación de sábanas es la seda producida por gusanos alimentados exclusivamente por hojas de morera. Está considerada una de las de mayor calidad, es liviana, suave y absorbe la humedad.
Otras variedades populares son la seda Chameuse, la Habotai, la Tussah y la Dupioni (esta última por carácter más áspero no suele utilizarse para la confección de sábanas, sí que sirve para fundas de edredón o almohadones). Cada una de ellas tiene sus propias particularidades aunque todas comparten el encanto de ser un material natural.
El precio es uno de los principales hándicaps de esta ropa de cama, aunque se compensa con sus cualidades como su carácter hipoalergénico o su capacidad para regular la temperatura corporal
Existe, sin embargo, una alternativa a las sábanas de seda que conviene conocer: el satén. En apariencia podría parecer que son similares aunque las sábanas de satén (también conocida como seda sintética) no comparten las mismas cualidades.
Si bien tienen un tacto suave al estilo de la seda, su resistencia y durabilidad tienen poco que ver. Sin embargo, en términos de precio las sábanas de satén resultan más económicas.
Las características propias del material son un aspecto clave a favor de este tipo de textiles. Se trata de una fibra natural hipoalergénica y, como tal, están especialmente indicadas para personas alérgicas. Además, su tacto suave se traduce en una menor fricción en cuerpo y cabello que, por otro lado, también se benefician de su capacidad para regular la temperatura corporal.
En verano son grandes aliadas para mantener la piel fresca mientras que, cuando caen las temperaturas te ayudará a mantener el calor.
Junto a su elevado precio -consecuencia, en buena medida, de su costoso proceso de fabricación- las sábanas de seda cuentan con otro hándicap que debes conocer: sus cuidados. Si te decantas por este tipo de textiles deberás lavarlas a mano las primeras veces para que las fibras se suelten y, posteriormente, en la lavadora con un programa delicado, agua fría y jabón para prendas delicadas.
Además, son sensibles al sol por lo que, a la hora de secarlas deberás buscar un espacio a la sombra y nunca cerca de una fuente de calor como radiadores o similares.
¿Te apuntas a dormir entre sábanas de seda o prefieres algún otro material para reunirte con Morfeo?
