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Siete pecados capitales al enseñar una casa en venta

Una pésima presentación de la vivienda antes de vaciarla puede arruinar una buena venta.

La primera impresión es fundamental para despertar el interés de los compradores. A pesar de que muchas personas quieran comprar una casa sin muebles, una pésima presentación de la vivienda antes de vaciarla puede arruinar una buena venta. Para ello, el agente inmobiliario debe evitar que su vendedor cometa siete ‘pecados capitales’ al enseñar su casa. ¿Cuáles son?

  1. Dejar a la vista cualquier colección. Es cierto que la colecciones de trofeos, medallas, películas, sellos… pueden ser, en muchas ocasiones, motivo de orgullo para los propietarios del piso, pero normalmente dan una sensación de sobrecarga visual. Además, parecerá que la casa dispone de menos espacio del que tiene.
  2. Presentar la casa antes de contar con una tercera opinión. Ese conjunto de cuadros que sobrecargan una pared, esa toalla deshilachada en el baño o un sillón lleno de pelos de gato pueden ser detalles que el dueño pueda pasar por alto. A pesar de que se tenga la casa casi perfecta, los pequeños errores se magnifican por los visitantes. Por eso, es conveniente hablar con un profesional inmobiliario que señale algunos detalles importantes que debamos cambiar.
  3. Ordenar, limpiar, decorar, arreglar… y no volver a revisar. Aunque el propietario se crea que ya ha ordenado todo lo que le quedaba por ordenar, que ha dejado la decoración a punto y esté presentando su piso en perfectas condiciones, puede que no sea cierto. Hay que decorar y volver a decorar. No se puede pensar que a la primera de cambio y al primer ‘barrido’ habremos dejado la casa impoluta. Conviene invitar a alguna amiga sincera o alguna suegra para que nos dé una tercera opinión sobre si verdaderamente considera que está a punto la vivienda.
  4. Caracterizar las habitaciones con temáticas. El objetivo para seducir es presentar una vivienda donde el comprador se pueda imaginar su vida en ella de la mejor forma posible. Esta creencia ha llevado a muchos propietarios a hacer que uno de sus dormitorios parezca un boulevard parisino o que su cuarto de baño parezca una playa y solo le falte la arena y las palmeras. Primar esta caracterización a enseñar de forma eficaz cuánto espacio tienen las estancias, cuánta luz entra y las ventajas de las que dispone para cada usuario pueda decorarla a su manera será otro gran ‘pecado’.
  5. Los pequeños detalles que delaten que aún siguen viviendo personas en la casa. Un cepillo de dientes, una plancha de pelo, un montón apilado de documentos de trabajo o algún plato sin fregar causará una terrible impresión a los visitantes. Hay que limpiarla y prepararla antes de cada una de las veces que se enseñe para que parezca que nadie vive allí.
  6. Armarios desordenados y llenos de cosas apiñadas. Los objetos que no están a la vista no significa que estén fuera de la mente del comprador. Seguramente, éste quiera revisar los armarios para comprobar qué capacidad tienen. Por eso, si lo abren y se le caen las cosas encima, pensará que la casa tiene poco espacio y estropeará la primera impresión. Si lo ven ordenado, les dará incluso la sensación de que podrán llevar una vida ordenada.
  7. No tener el resto de los sentidos, aparte de la vista. Una casa que huela a perro o que tenga un sistema de calefacción que tenga un sonido molesto se percibirá casi inmediatamente por el visitante justo nada más entrar en la casa. Quizás su dueño se haya acostumbrado estos olores y sonidos y ni lo perciba, pero al posible comprador le causará casi inmediatamente rechazo.
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