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¿Te fías de tu banquero?

Contratar una hipoteca ya no es moco de pavo ni algo accesible para casi cualquiera. De hecho, como no se entienda mucho lo que se está firmando nos podemos meter en un buen lío… La oleada de desahucios desde el comienzo de la crisis lo demuestra. Con las condiciones que se exigen actualmente para prestar y los trucos que utilizan las entidades para ‘blindar’ sus márgenes de beneficios, los hipotecados se encuentran con diferenciales altos y la obligación de contratar productos asociados que solo encarecen el préstamo.

Por eso, el asesoramiento previo a la firma es casi el paso más importante para financiarse la compra de una casa… Y el boca a boca sigue siendo la fuente que más confianza despierta entre los contratantes. Al igual que muchos potenciales compradores acuden a visitar foros, redes sociales y comentarios por Internet para fiarse de las agencias inmobiliarias, la opinión de familiares, amigos o conocidos son las más valoradas por el 70% de los clientes bancarios, según un estudio publicado por el comparador financiero Bankimia en colaboración con el instituto de investigación de mercados Target–Empirica, a partir de encuestas realizadas 3.257 usuarios entre octubre y noviembre de 2013.

Por el contrario, las opiniones de los empleados de oficinas bancarias son las que generan más desconfianza. Si analizamos los resultados concretos de la encuesta, de hecho, en el momento de contratar un producto financiero, el 25% de los encuestados confía poco o nada en las opiniones de los empleados de oficinas bancarias. Es más los bancos sacan un aprobado ‘raspado’, ya que los clientes les puntúan con un 5 de media en una escala de 10 puntos en la valoración de la rentabilidad… Al menos algo mejor que en 2012 que suspendieron directamente con un 4,6.

Las ofertas de la banca online sigue siendo las mejor valoradas en cuanto a rentabilidad por los consumidores. La transparencia a la hora de explicar las condiciones de los productos financieros y los ahorros de las comisiones por gestiones administrativas y burocráticas continúan siendo sus ventajas frente a las sucursales físicas.

Los consejos de la publicidad pura y dura ya no convencen al comprador desde hace una cuantas décadas. Las decisiones de compra o contratación de la hipoteca en este caso ya no funcionan por las letras grandes que anuncian los bancos o resaltan los banqueros… sino cada vez más por la letra pequeña que las acompaña señalada con un asterisco. El criterio y la información de los usuarios debe primar a la hora de tomar cualquier decisión. Puede que tengamos un banquero de nuestra confianza, pero el asesoramiento y las experiencias de terceras personas con esa misma entidad te darán la respuesta para saber cuándo estás contratando un buen préstamo. ¿Y tú? ¿Te fías de tu banquero?

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