¿Cuál fue su primera reacción al conocer los resultados de las elecciones del pasado 29 de noviembre?
Alegría por todo el equipo que tan incondicionalmente me ha ayudado. Satisfacción porque en la victoria hay un cierto reconocimiento a la gestión realizada por la junta y el presidente anterior, al que tanto le había criticado la otra candidatura. Ilusión por el nuevo proyecto de levantar un colegio algo dormido con tanta dedicación compartida con la Asociación de Inmobiliarios de Cataluña (AIC). Relajación por la tensión vivida en algunos de los momentos duros al tener que encajar críticas injustas. Confieso que también sufrí nos momentos de frustración al comprobar que muchos de nuestros votantes no pudieron venir o llegaron tarde. Según nuestros cálculos, teníamos la palabra y el voto confirmado de 200 colegiados más. Nuestra victoria podría haber sido mucho mayor. Ahora ya no importa.
La participación en las elecciones fue del 52,4%, una cifra superior a la registrada en convocatorias anteriores. ¿A qué cree que se ha debido esta alta concurrencia de votantes?
Sin duda, al mérito de ambos candidatos, que cada uno por su lado supimos agitar las conciencias de la importancia que tenía esta vez que ganara uno de los dos. Cada uno intentó lo mejor y ganó el que más convenció. Esta competencia tan opuesta motivó a mucha más gente. Esa es mi opinión.
La directriz que abre el listado de las 45 que presentó en su candidatura es “recuperar el orgullo del colegiado”. ¿Qué mecanismos pondrá en marcha para lograrlo?
Ya hemos empezado. Primero, abrirnos más a todas las instituciones, a los propios colegiados, a hacernos más amigables, a recuperar lazos perdidos. Más profesionales, más exigentes con la imagen de nuestro colegio, más intransigentes con la mala publicidad y más exigencia en nuestros métodos. En definitiva, que pronto la gente desee colegiarse porque serlo le da más prestigio que no serlo, más garantía frente al consumidor, como ocurre con muchas otras profesiones.
¿Cómo se desarrollarán estratégica y técnicamente las líneas que han definido su candidatura? ¿Cuáles serán sus primeros pasos?
Ya llevamos un camino desde el día siguiente de las elecciones. Ya nos hemos reunido los 12 de la junta y los 12 del comité y nos hemos repartido las 50 directrices en grupos para analizarlas en mayor profundidad pues, en definitiva, aún no conocemos en detalle el interior de la casa, a sus empleados, sus ideas y sus proyectos, y vamos a ver con todos estos mimbres qué cestos empezamos a hacer. Pronto se notarán los primeros efectos, más adelante los resultados.
¿Qué le diría a aquellos que opinan que su propuesta es continuista?
Harto estoy de responder a esto. Sí, somos y seremos continuistas de todo lo que está funcionando bien y seremos renovadores de todo aquello que esté yendo mal, y seremos rupturistas con nuevas ideas y con todo lo que veamos que se puede y debe aportar de fresco y moderno. Una buena candidatura, ni puede ser solo continuista, ni solo rupturista. Estas son etiquetas electorales que ya son hoy caducas.
¿Cómo definiría a los profesionales que formarán parte de su equipo durante los próximos cuatro años?
Una mezcla perfecta de experiencia y entusiasmo, de adultos y jóvenes, de pasión e ilusión, y de serenidad y sosiego. Esto es una carrera de 4 años y unos saldrán corriendo más rápido y otros deben correr más lento para llegar más lejos con más fuerzas. Estoy muy orgulloso de la mezcla y la compenetración que se muestra desde el inicio entre personas que son bastante distintas. Las hay de derechas e izquierdas, de más experiencia en unos temas y otros de otros. Un equipo perfecto con la ventaja de que somos 24 ilusionados.
Una de las tareas que tiene por delante es negociar la relación del colegio que ahora preside con el COAPI de España. ¿De qué forma encarará este diálogo?
Ya he mandado una carta anunciando mi gran disposición al diálogo. Ya he empezado a sentarme con otros presidentes y a hablar de nuestras respectivas diferencias. Creo que, aunque hayamos heredado problemas comunes con la anterior junta, nuestro estilo y forma de actuar serán distintos. Estamos menos quemados y llegamos con fuerzas y criterios de relación nuevos. Vamos a conseguir respetar y ser respetados, no solo por el bien de todos los colegios de España, que reconocen que podemos ayudarles con ideas ya probadas en Cataluña y que ponemos a su disposición para intercambiar con sus experiencias. No queremos que la defensa de nuestros principios se enquisten solo en Cataluña. Tenemos la ambición de colaborar con todos y que todos nos comprendan mejor. Solo así podremos desbloquear temas importantes para nosotros.
