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Alquilar una vivienda es, para muchos, el inicio de una vida independiente cargada de ilusiones. Si te encuentras dentro de este grupo, seguramente identificarás esas casa como el símbolo de un cambio, de una nueva vida, no solo como una opción residencial. Debes saber que buscar un piso en alquiler no siempre es sencillo, por lo que debes estar preparado para forjarte el mejor perfil de inquilino posible. ¿Estás preparado para conocer los aspectos imprescindibles que debes tener en cuenta para alquilar una propiedad?
Demostrar solvencia económica
Los propietarios de vivienda buscan inquilinos de confianza, que se comporten cívicamente y que no causen problemas, pero por encima de todo, que sean buenos pagadores. Para constatar que eres la mejor opción, y llevarte contigo la vivienda que deseas, es conveniente que calcules cuánto puedes pagar de alquiler y demuestres que tienes solvencia económica para hacerte cargo de la mensualidad.
Para ello, debes tener a mano tu nómina y contrato de trabajo, documentos con los que tu futuro casero comprobará tus ingresos totales y calculará el porcentaje que sobre ellos representa el alquiler. Otras fórmulas que puedes utilizar con el arrendador para demostrar tu solvencia económica son mostrarle el informe de tu vida laboral, tu declaración de la renta, extractos bancarios recientes, cartas de recomendación de antiguos caseros, etc.
Tener a mano la documentación
Para aligerar la firma del contrato de alquiler, es bueno que tengas siempre disponible la documentación que el arrendador te vaya a solicitar. Tanto si eres autónomo como trabajador por cuenta ajena, imprime y escanea la documentación relativa a cómo te ganas la vida.
Lo mismo deberías hacer con los documentos que te identifiquen, como el DNI o el pasaporte, y con aquellos relativos a tu nivel de ingresos y al estado de tus finanzas, como los extractos bancarios o la declaración de la renta. Llévalos físicamente en una carpeta durante las visitas o comparte un enlace en la nube.
Contar con referencias
En otros países es una costumbre habitual a la hora de alquilar vivienda y en España está empezando a echar raíces. Nos referimos a las referencias, esas opiniones de personas destacadas que pueden valorarte positivamente como inquilino.
Si has vivido de alquiler con anterioridad, contar con una buena referencia del propietario del inmueble te ayudará a ser más confiable ante futuros caseros. Lo mismo puedes hacer con la opinión de tu jefe o superior, de antiguos profesores o de alguien de tu círculo más próximo con una posición social destacada.
Revisar el contrato de alquiler
Si el propietario de la vivienda te acepta como inquilino y llegáis a un acuerdo, es momento para que dediques un tiempo a leer el contrato de alquiler y revisar todas las cláusulas que este documento contiene. En este sentido, no olvides preguntarle por todos aquellos puntos que no te cuadren o que no estaban incluidos en vuestro pacto verbal.
También debes aclarar las dudas que te hayan surgido sobre el alquiler e incluir en el contrato aquellos aspectos que consideres importantes. Entre la información básica que este documento ha de llevar destaca:
- Identificación de las partes. El contrato debe dejar claro quién es el arrendador y quien el arrendatario. Por este motivo, en él deben incluirse los datos personales de ambos.
- Descripción del inmueble. Este documento tiene que especificar y dejar claro cuál es el objeto de arrendamiento, es decir, de qué vivienda se trata. En ocasiones, se adjunta un inventario.
- Duración. El contrato también ha de determinar cuál es la duración del alquiler, cómo y cuándo se renovará, etc.
- Renta. La mensualidad que debe aportar el inquilino es otro de los aspectos fundamentales que deben determinarse en este documento, así como su actualización. Lo mismo sucede con el pago inicial que este ha de llevar a cabo.
- Cláusulas. El contrato de alquiler también debe funcionar como documento en el que verter las diferentes cláusulas específicas que las partes afectadas acuerden: subarriendo, obras, etc.
Preparar la mudanza
Antes de cambiarte de residencia, calcula cuánto puede costarte la mudanza. Si tienes familiares o amigos que puedan ayudarte en esta labor y dispongan de medios de transporte adecuados para trasladar tus pertenencias estás de suerte. En caso negativo, tendrás que hacerte cargo de contratar una empresa especializada en este tipo de desplazamientos y tareas.
Recuerda que los honorarios de estas compañías varían en función de la distancia que tengan que recorrer, de cuántos metros cúbicos ocupen tus pertenencias y de si deberán o no realizar trabajos extra, como el embalaje de tus enseres.
Contratar un seguro
Como inquilino, no tienes obligación de contratar ningún seguro del hogar. De hecho, suele ser el casero el que lo tenga. En caso de que se produzca algún contratiempo, debes recurrir a él para que te dé el contacto de la compañía que gestiona la póliza. En cualquier caso, los seguros de hogar de pisos alquilados suelen tener las coberturas mínimas, y nunca van a asegurar los robos, por ejemplo. Es por ello que muchos inquilinos hacen un seguro por el continente. Te recomendamos comparar las ofertas de distintas compañías aseguradoras, tanto en lo relativo a precios como a servicios.