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«Trabajamos por mejorar la imagen de las agencias inmobiliarias con formación y un código ético»

Nora García
presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI).

¿Cuáles son los riesgos que afectan al sector de las agencias?

Además de la coyuntura política y económica, que siempre afecta directamente a nuestro sector, las nuevas tecnologías. Sin duda, son un gran avance para la mejora de nuestra profesión, pero también un riesgo alto para la desaparición de los profesionales que no sepan adaptarse. Todos los avances que se han hecho en este campo nos facilitan mucho el trabajo y la mejora de las relaciones con nuestros clientes, pero también es cierto que para los que se resisten a los cambios el futuro es más incierto.

En los últimos años, se han abierto muchas agencias que cerraron durante la crisis. ¿El crecimiento del mercado respalda el aumento de agencias?

No tenemos datos oficiales porque no existe ningún registro oficial para saber cuántas agencias inmobiliarias fuimos, cuántas quedamos en la crisis y cuántas somos ahora. Solo hay que salir a la calle para ver que vuelve a estar de moda abrir una agencia inmobiliaria. Que no haya ningún tipo de barrera para operar en el sector hace posible que cualquiera, sin ningún tipo de formación ni experiencia, pueda abrir una agencia.

Obviamente, con la mejora económica, se animan muchos emprendedores a comenzar en el negocio, pero si nos fijamos en los datos oficiales de propiedades vendidas en lo que va de año, comparándolos con los del pasado año, las cifras no salen tan bien como algunos preveían. En algunas comunidades autónomas, incluso, ha bajado el número de unidades vendidas con respecto al año anterior.

Según el estudio de FAI sobre las agencias, uno de los retos es la dignificación del sector. ¿Por qué existe una mal imagen de las agencias?

La falta de barreras de entrada y que no haya ningún requisito para operar en el sector hace que estemos trabajando gente muy cualificada, menos cualificada y sin ningún tipo de cualificación. Esto sucedió en los años del ‘boom’, cuando se cometieron abusos por gente que operaba en el sector, sin ningún escrúpulo a la hora de cobrar comisiones altas, por un trabajo de poca calidad. Si a los consumidores se les cobran altas comisiones por un trabajo malo, es normal que tengamos mala imagen.

Desde FAI trabajamos para mejorar la imagen de las agencias inmobiliarias. ¿Cómo? Con mucha formación y un código ético al que se acogen nuestros asociados. Los consumidores se merecen los mejores servicios y asesoramiento en todo el proceso. También desde el Consejo General de los APIS y FADEI estamos trabajando para que se implanten en todo el país los Registros de Agentes Inmobiliarios, que ya tienen algunas comunidades autónomas.

La finalidad es que quien quiera dedicarse a esta profesión pueda hacerlo, pero exigiendo unos mínimos requisitos de conocimientos y seguridad para los consumidores, Al final, son los consumidores los que pagan los platos rotos de las negligencias profesionales que se llevan a cabo, por desconocimiento o por mala praxis.

¿Qué cualificación debería tener el profesional de las agencias?

Profesional de agencia inmobiliaria y cualificación debe ser un binomio imprescindible. En FAI estamos trabajando en un proyecto de formación llamado AIR (Agente Inmobiliario Registrado) que dará derecho, después de haber superado las correspondientes pruebas, a la obtención de una licencia que será obligatoria para todos los miembros de las agencias asociadas a las MLS que conforman FAI. En la formación hay distintos módulos: jurídico, fiscal, valoraciones, exclusivas tanto de comprador como de vendedor, marketing y código ético que son los mínimos que debería dominar quien se quiera dedicar a la profesión.

¿Cómo está afectando a las agencias tradicionales la aparición de las agencias online?

En 2018, hubo un ‘boom’ de startups dedicadas al sector inmobiliario, pero se ha demostrado que no es un modelo de negocio tan bien planteado como se presumía, y algunas han dejado de operar. Su irrupción en el mercado fue muy agresiva, porque atacaron en los puntos débiles, incluso con mala praxis a cambio de altas comisiones, que es como nos ven desde una parte de la sociedad que no ha trabajado con un buen profesional. Pero las que están operando de una manera más notoria han tenido que cambiar su estrategia para competir con las agencias tradicionales.

No es posible que alguien que está en un call center sin conocer el área donde está el inmueble asesore a un cliente como lo haría un profesional establecido en un determinado distrito. Estas empresas, por su modelo de negocio, suelen tener mucha rotación de “especialistas de zona”, por lo que nunca llegan a ser especialistas en ninguna zona. Las agencias “tradicionales” que inviertan en tecnología y no se queden estancadas en procedimientos antiguos parten con ventaja con respecto a las agencias online.

¿El sistema MLS es el futuro del sector?

Es el futuro y el presente. El trabajo en exclusiva compartida beneficia tanto a compradores como a vendedores. Hace que la agencia se pueda comprometer a dar un servicio de calidad e invertir más medios para que la difusión de la propiedad sea mejor; consiguiendo, un mayor precio, un menor tiempo de venta y la tranquilidad del vendedor y del comprador de que no va a haber contratiempos ni sorpresas en el proceso.

En FAI somos ya más de 25 asociaciones y 850 agencias inmobiliarias compartiendo protocolos y conocimientos para mejorar nuestra operatividad y la del sector. Desde hace años, estamos trabajando para apoyar a los compañeros que quieran poner en marcha el sistema MLS en localidades en las que no existe ninguna o quieran poner otra en marcha.

FAI ha sido crítica con el decreto que regula el alquiler. ¿Qué deficiencias tiene?

El decreto se aprobó teniendo en mente la operativa que llevan a cabo los grandes tenedores de viviendas y fondos buitre, que representan aproximadamente un 3% o 4% del total del mercado. Sin embargo, no se aprobó ninguna medida para animar a la gran mayoría de arrendadores, que son los particulares, a que se decidieran a alquilar una vivienda, tampoco ninguna medida en materia de seguridad jurídica para los arrendadores. Está claro que tenemos un problema con el alquiler, pero no se debe hacer que recaiga todo el esfuerzo sobre una de las partes: los arrendadores. En lugar, de favorecer el acceso, lo estamos complicando.

Desde FAI hemos abogado siempre por medidas como incentivos fiscales a los arrendadores y más seguridad jurídica para evitar el miedo a los propietarios a la hora de alquilar ante los destrozos en las viviendas y los impagos de las rentas. Reivindicamos ayudas para los arrendatarios y un Plan de Vivienda Nacional que no quede a merced del gobierno de turno. En definitiva, reclamamos que los dirigentes políticos, sea cual sea el color de su partido, junto con los representantes de la profesión, se sienten a trabajar en favor de la sociedad y para dar solución a los problemas del sector.

¿Cómo se afronta desde las agencias la dificultad que tienen los jóvenes para acceder a la vivienda?

Con inquietud y preocupación. Es triste ver cómo nuestros jóvenes no pueden emanciparse por los elevados precios de las viviendas, y por el esfuerzo económico que tienen que hacer: impuestos, gastos de la compra o requerimientos para completar la financiación que pueden obtener de las entidades bancarias.

Desde FAI hemos propuesto facilitar el 100% de la financiación de la compra con un aval de la administración y modelos de compra como la compra compartida con la administración. Las políticas de vivienda deben ir orientadas a fomentar la emancipación de los jóvenes, facilitar la movilidad, la accesibilidad y la sostenibilidad. Se precisan normas en materia de vivienda pública en régimen de alquiler, con implicación de la iniciativa privada; en materia de rehabilitación de cascos urbanos y fomento de la oferta privada en alquiler. Aunque sin la dotación suficiente de recursos económicos públicos, todas estas propuestas serán en vano.

Para terminar, ¿cree que es posible una nueva burbuja inmobiliaria?

No. Posiblemente, estemos ya ante un fin de ciclo alcista. Es evidente que los precios han llegado a ser un problema en algunas ciudades y la demanda se empieza a resentir. La oferta ha sufrido una importante subida de precio en los últimos años, pero si la demanda se frena y el vendedor quiere vender, los precios deberán empezar a bajar.

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